Decía San Agustín que es mejor cojear por el camino que avanzar a grandes pasos fuera de él pues, quien cojea en la senda, aunque avance poco, se acerca a la meta, mientras que quien va fuera de ella, cuanto más corre, más se aleja. La sentencia del santo y filósofo de Hipona me ha rondado en la cabeza durante los últimos días desde que el presidente Alberto Fabra me honró encargándome la responsabilidad de asumir el cargo de coordinadora general del PP de la Comunitat Valenciana. El reto, qué duda cabe, es enorme y la maleza que obstaculiza la senda por la que debemos transitar se ha enmarañado mucho. Quizá demasiado. Por eso --no hay que negarlo-- el proyecto del PP parece cojear, pero la realidad económica nos indica que el camino que llevamos es el correcto y que, aunque aún nos queda mucho trecho que recorrer, la meta está más cerca.

En el PP hemos tomado buena nota de lo que los ciudadanos nos han dicho, con sus votos, en las pasadas elecciones europeas. Somos conscientes de que hemos tenido que aplicar remedios muy amargos, pero la triste realidad es que la irresponsabilidad de los gobiernos socialistas habían dejado a un paciente que se desangraba y, por tanto, había que cauterizar las heridas para evitar lo peor. Ahora, con esa ingrata tarea cumplida, podemos seguir con nuestro camino. Al principio cojeamos, pero más pronto que tarde volveremos a caminar con normalidad y, luego, a correr de nuevo.

Los más de cien mil militantes que tienen el PP repartidos entre Castellón, Valencia y Alicante pueden estar orgullosos de su partido y de su proyecto político y he asumido como misión principal el que todos podamos explicar a nuestros conciudadanos lo que hemos hecho, por qué lo hemos hecho, qué hubiera pasado si no lo hubiéramos hecho y, sobre todo, qué pasará si nos separamos del camino. Ahí fuera es donde, a zancadas ciegas, trota la izquierda radical espoleada por el populismo barato y la demagogia irresponsable. Las circunstancias económicas nos obligan ahora a aminorar el paso, a recuperar el aliento y a ir más despacio porque el destino al que queremos llegar es el del crecimiento económico, la prosperidad, la libertad y la convivencia consagrada por nuestro sistema constitucional. Campo a través, bien lo sabía San Agustín de Hipona, es la mejor manera de no llegar --y deprisa-- a ninguna parte. H

*Coordinadora general del PP Comunitat Valenciana