Los nuevos Reyes, Felipe y Letizia, realizaron ayer su primera visita oficial a Cataluña para asistir a entrega de los premios de la Fundación Príncipe de Girona, destinados a impulsar el talento de jóvenes emprendedores, objetivo principal desde su creación en el 2009. El acto, previsto desde hace tiempo, y mantenido en la agenda tras la proclamación, ha permitido que la primera visita real a una comunidad autónoma sea a Cataluña, y que aúne el pasado reciente de Felipe como Príncipe de Girona con sus nuevas tareas como Rey.

En su discurso ante los patronos y los premiados en esta edición, el Rey destacó “el respeto, el entendimiento y la convivencia” como elementos “consustanciales a la Monarquía parlamentaria”. Empleando el catalán, que intercaló a partes iguales con el castellano, Felipe se refirió a las virtudes que han caracterizado a los catalanes al destacar “el amor a su tierra, a la lengua y la cultura”, así como “el sentido emprendedor, la capacidad de iniciativa, el espíritu reflexivo y la mirada hacia el exterior”. El Rey eludió, como era de prever, toda referencia a la situación de las relaciones entre Cataluña y el resto de España, pero anunció que el cambio de responsabilidades no va a menguar su atención a Cataluña.