El próximo jueves celebramos el debate sobre el estado de la provincia en la Diputación. Cuando nuestro grupo lo propuso, junto con otras acciones ligadas a la transparencia y la participación directa, pensamos que podíamos contribuir a modernizar la institución.

Los socialistas entendemos que este tipo de plenos monográficos pueden ayudar a todas las partes implicadas. El gobierno puede explicarse y, la oposición, confrontar modelos y alternativas. Chequear la situación real que atraviesan los municipios de la provincia no solo es necesario, sino imprescindible para saber dónde estamos. No podemos fiar el diagnóstico y las respuestas al paso de ese cometa celeste llamado Elecciones cada cuatro años.

La celebración de este debate, más allá de la casuística del estado de un camino rural o las obras de un frontón del pueblo del diputado López, nos debe permitir reflexionar seriamente sobre el destino de un territorio llamado Castellón. Sabemos cómo estamos, de dónde venimos, qué perdimos por el camino, qué nos duele, etc. Pero también sabemos qué nos une, qué nos puede conjurar mancomunando esfuerzos e ilusiones compartidas.

Necesitamos superar la rutina para remontar una deriva marcada por políticas que ya no sirven. Hay otras instituciones que tienen mucho que ver con nuestro retraso histórico. La Generalitat y el Gobierno de España han burlado históricamente a Castellón. La cronificación de la pobreza y la exclusión han adquirido trazos estructurales. Así como el desempleo y, atención, el subempleo surgido tras una reforma laboral terrorífica. No parecen episodios pasajeros. Tampoco inspira confianza la desidia en la definición de las bases de un nuevo modelo productivo que, superando las debilidades del que se fundió, genere nuevas condiciones de sostenibilidad y solvencia para empresas y trabajadores. Tampoco resulta alentador constatar la caída demográfica permanente en buena parte de nuestra geografía. El éxodo de la juventud ahonda en la brecha de las contradicciones. La generación más formada percibe que su espacio vital les expulsa hacia otros destinos para fundar cualquier proyecto de vida profesional.

Así es nuestra provincia en estos momentos. Queremos unos poderes públicos que se mojen, que se impliquen a muerte e intervengan en la economía, la financiación y apuren todos los mecanismos que permita la democracia para cambiar el orden de las cosas. Causa desazón escuchar pleno tras pleno que la Diputación es fuerte, es rica, es solvente, es…..mientras la provincia pierde, palidece y empobrece. H

*Secretario general provincial del PSPV-PSOE y portavoz de la Diputación