Crisol de las España, nadie es forastero, y como dice mi amigo Javier, es como un hall en el que caben todos, madrileño es el que está en Madrid. Buena filosofía integradora, contradictoria con otras segregacionistas que desgraciadamente se dan cada vez más en este país.

Aunque todo tiene un pero y es la actitud chulesca de algunos madrileños, generalmente los últimos en llegar que quieren reivindicarse, y que les hace creerse mejores o más importantes que todos los demás. Piensan que la mayor virtud de los otros es serles útiles, ya que todo es por y para Madriz. Creen que allí está lo mejor, lo más bueno, grande, bonito y lo más de lo más. No es verdad, tiene cosas buenas y malas como todos los sitios y deberían dejar de mirarse el ombligo y de menospreciar a otros porque eso no es bueno.

La Comunitat Valenciana, tan feliz y contenta no merece que se preocupen, ni que nos den financiación justa, ni cariño, ni nada de nada. Somos la playa, la huerta y la fiesta de Madrid y de paso útiles para largarnos la corrupción, cuando la verdad es que allí, en Cataluña, en Andalucía y en casi todas partes hay mucha más que aquí. Ha llegado el momento de que se percaten de que todos somos iguales, madrileños, catalanes, valencianos y españoles todos, porque no podemos consentir que nos humillen más. H

*Notario