El lunes era en época medieval el día del mercado semanal en Castellón. Fue aquel mercado el que en 1800 el gobernador Bermúdez de Castro ordenó trasladar a la entonces nueva plaza del Rey. Con muy distintos emplazamientos desde entonces, todavía se sigue celebrando. Y sobre él los documentos refieren infinidad de anécdotas. Desde ordenaciones municipales del siglo XV por las que se prohibía a los vendedores dar tirones de las faldas de las mujeres para inducirlas a comprar, hasta el uso del cementerio para depositar mercancías.

Un curioso problema se planteó en 1420 cuando el vicario de Santa María se quejó ante el consell municipal por culpa de las cebollas. Es decir, a causa de la costumbre que tenían los vendedores de cebollas que se encontraban junto a la puerta de la iglesia y que, al cortar los rabos de aquellos bulbos, formaban enormes montones de colas junto al templo. El fuerte olor, de cuycor i infecció se habló entonces, penetraba en la iglesia y, al parecer, incluso obligaba a interrumpir la misa a los sacerdotes que, mientras tanto, celebraban en altares próximos a la puerta. Del resultado de aquella queja no quedó constancia.

De lo que sí existe testimonio es que hasta bien avanzado el siglo XX los puestos de verduras y hortalizas se seguían colocando en la puerta del templo. H

*Historiadora