En noviembre del año pasado el Congreso aprobó definitivamente la rebaja fiscal anunciada por Rajoy para el 2015 y el 2016. Era el preámbulo del año electoral que hemos comenzado. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cifró en 9.000 millones lo que los contribuyentes se acabarían ahorrando en este ejercicio, sobre una proyección que partía de la base de que las autonomías replicarían en su tramo del IRPF (el 50%) la misma rebaja que el Gobierno. Sin embargo, los cálculos son más complejos porque las comunidades aplicarán reducciones distintas en cada franja y, además, algunas tienen más tramos que los estatales.

A partir de aquí pueden extraerse algunas conclusiones, ya que todas las autonomías han comunicado cuál será su política. El resumen es que prácticamente todas, excepto Andalucía (PSOE), Cataluña (CiU) y el País Vasco (PNV) -esta, con régimen foral- han decidido bajar también su IRPF, y bastantes de ellas de forma más acentuada que el Gobierno. A nadie se le escapa que las elecciones autonómicas y municipales de mayo son un excelente acicate para la generosidad de los líderes regionales, especialmente del PP que gobierna en todas estas, salvo Asturias.

En la información que hoy publica el diario puede observarse la disparidad de casos, que, sin embargo, tienen un denominador común en su mayoría: caerán los ingresos autonómicos, que para este año han de cumplir un objetivo de déficit del 0,7%. ¿Cómo cuadrarán la cuentas a final de año? Montoro calcula poder absorber esa magnitud y compensarla con el incremento de la recaudación por las optimistas previsiones de crecimiento, pero la cifra irá más allá. Veremos entonces cómo cada uno ajusta sus presupuestos.

Llama la atención también en el análisis de cada comunidad, qué tipo de contribuyente sale más beneficiado con la rebaja. Incluso sin hacer nada, como en Cataluña, donde la Generalitat no ha tocado sus tipos. En este caso salen ganando solo quienes declaran entre 120.000 y 180.000 euros anuales. Mención aparte merece Madrid, campeona de la desgravación en todos los tramos, y el Gobierno de Monago en Extremadura, sostenido por IU, que resulta ser el que mayor retenciones aplica en los tramos más altos. Hay muchos matices, pero la política deja su sello en cada uno.