Los últimos acontecimientos en Dinamarca han puesto en evidencia que aún en los países con alto grado de asimilación de los inmigrantes, aparecen activistas que sacan a la luz el rechazo hacia grupos étnicos o religiosos, con matices de venganza por la libertad de pensamiento que pueda existir en una sociedad.

El asesinato de 21 egipcios coptos en Libia por los yihadistas demuestra la cada vez más mermada seguridad personal. El que los ciudadanos de distintos países se unan a los yihadistas hace que el control de los movimientos sea más difícil.

En nuestro país, la sociedad es cada vez más diversa desde el punto de vista cultural y religioso. Los grupos étnicos, unos más y otros menos, se han adaptado a nuestras costumbres, estando, algunos, en la segunda y tercera generación, lo que hace que las jóvenes generaciones estén en la fase de su educación a todos los niveles, siendo la convivencia aceptablemente correcta.

Por otra parte, pensemos que, desde hace tiempo, en ciertos puntos geográficos de nuestro país la convivencia de españoles mulsumanes, judíos y cristianos ha sido habitual y pacífica y es ahora que se está produciendo un movimiento de captación de jóvenes españoles mulsumanes por parte del grupo yihadista. H

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSPV-PSOE de Castellón