Querido lector:

Alberto Fabra ya funciona, actúa y manda como candidato. En realidad lo ha hecho desde el principio desde su posición de presidente del PPCV y por tanto desde el control del aparato popular y como presidente del Consell y por tanto con la visibilidad diaria que le otorga su facultad de gobierno y control de la estructura de la Generalitat.

Eso sí, lo ha hecho con el tránsito amargo de la crítica acerada de su propio partido, tragando sapos y culebras, con desplantes, minoraciones, desprecios, amenazas judiciales, maniobras, conspiraciones y demás a cargo de sus enemigos internos, y con su famosa línea roja contra la corrupción, calificada desde sus propias filas como excesiva y por la oposición como insuficiente, como bandera ante la exigencia social de justicia y en busca de congraciarse contra el desapego social de la política.

Otra cosa ha sido lo que ha trascendido de todo esto, por supuesto de forma interesada en función del que intoxicaba. Por un lado, las filtraciones a través de los medios valencianos en función de lo que Rus aportaba y pagaba. Por otro, lo que Rita Barberá suplicaba para que se publicara en aras de la supremacía vacía del Cap i Casal. Y en tercer término, lo que su acólito vicepresidente José Císcar filtraba y maniobraba en su búsqueda de poder, primero en Valencia y luego, ante la evidencia de la imposibilidad, en Alicante como mal menor. Y otra cosa también era lo que los tres mencionados maniobraban con sus contactos en Génova para que los Margallo, González Pons o la Cóspedal socavaran y torpedearan la imagen de Fabra a nivel nacional.

Sin embargo, ha llegado el punto de que la evidencia se ha hecho realidad. Fabra va a ser confirmado oficialmente candidato y todos los que han maniobrado en contrario por creerse sus propias teorías mediáticas, hacen de tripas corazón, comienzan a variar y pretenden integrarrse en la disciplina habitual. Y lo que va a pasar es que será tarde. El interfecto hará tábula rasa con lo anterior y hará sus propias listas. Porque al final es su riesgo.