Querido lector:

El Villarreal ya se encuentra en octavos de la Europa League. Un premio que tal y como está discurriendo la temporada irá a más si las rotaciones y combinaciones de Marcelino siguen dando los resultados de hasta ahora, pero que ya puede considerarse un merecimiento a toda una campaña.

El por qué hay que analizarlo con el sentido de la proporcionalidad. Por un lado, porque el conjunto amarillo está vivo en las tres competiciones. Por otro, lo está no por presupuesto, sino por planificación y capacitación de sus jugadores, equipo técnico y directiva. Si no, no se entiende que esté en puestos europeos en la Liga, con posibilidad de alcanzar incluso puestos Champions, que esté en la semifinales de Copa del Rey codeándose con el Barça con el que aun teniéndolo muy difícil, no está en absoluto descartado y que en función de calendario y rival, puede plantarse en los mismos cuartos de final en Europa.

Ningún otro equipo, solo el Barça, le supera en la virtualidad de las clasificaciones en las tres competiciones, pero eso sí, con un presupuesto de 600 millones frente a 60, lo que rompe cualquier comparación de proporcionalidad. El baremo amarillo, por tanto, es superior. Y a este respecto, el Athletic de Bilbao, hasta ayer vivo en los tres torneos, está sufriendo tanto en Liga y va tan abajo en la tabla, que aunque meritorio, tampoco es comparable.

Por tanto, que a estas alturas de la temporada, el Villarreal proporcionalmente protagonice la mejor trayectoria de un equipo español no es ninguna perogrullada. Los números que reflejan la marcha del club groguet así lo atestiguan. De ahí que el 1-3 de ayer sea un magnífico colofón y al mismo tiempo una garantía de que a pesar de que queda lo más duro, el premio puede continuar. No le va a ser nada fácil, pero con joyas como la gran revelación del año, Vietto, o el mismo Cheryshev, amén de los ya consolidados Mussachio, Asenjo, Gio... todo puede ser posible. Y la cuesta arriba es de órdago. Por ejemplo, el domingo el Real Madrid en Liga y el miércoles el Barça en Copa. Casi nada.