Cautivo y desarmado, enfangado en su propia estructura clientelar y de corrupción pura y dura, el Partido Popular gasta sus últimas balas antes de entregar el fortín que ha ocupado estos últimos 20 años.El tesorero del PP-CV y alcalde de Segorbe, Rafael Calvo, exhibe músculo insumiso frente a las sentencias judiciales, y no lo hace por defender a los desahuciados, a los excluidos, a los parados, a los dependientes, no, lo hace a favor de la Plaza de Toros de Segorbe. Ahí, con un par, como dicen los castizos, demuestra que pese a que lleva décadas jurando que “cumplirá y hará cumplir la ley y la Constitución como norma fundamental del estado de derecho”, ni le interesa lo más mínimo ni una ni otra sino mantenerse en el poder a costa de cualquier cosa, en este caso, tener contento al lobi taurino. Calvo sin duda alguna subestimó la capacidad de la vecindad para defender sus intereses, pero poco parece importarle su situación jurídica, ni a él, ni a Fabra, ni a González Pons, que cínicamente anuncian en los medios la ausencia de imputados en las listas populares. En este caso, el señor alcalde se ha llevado al pozo al resto de la candidatura, hasta ocho imputados entre los que se encuentra el vicepresidente primero de la Diputación Miguel Barrachina, una entidad que anuncia ayudas a asociaciones taurinas ocho días antes de las elecciones mientras, literalmente, un tercio de los castellonenses pasan hambre. Pasen y vean. H

*Candidato autonómico EUPV