Aquella tradición de disponer de una casa para celebrar con los amigos las fiestas patronales, las tan conocidas en Almassora como collas o casals, ha acabado convirtiéndose en una pesadilla para una parte del vecindario. Así me lo hicieron saber, una vez más, los miembros de la Asociación de Vecinos de la Vila el pasado domingo. La situación más problemática se produce con algunas collas o casals que permanecen abiertos los 365 días del año. Precisamente, para conciliar los derechos de los vecinos que viven en la zona, así como los de aquellos otros que han fijado su lugar de encuentro en locales, garajes y casas de nuestra Vila, estamos trabajando en la modificación del actual Ordenanza de Convivencia Ciudadana, que dedica unos escasos cuatro artículos a esta problemática y que, evidentemente, quedó superada por la realidad años atrás.

Establecer horarios diferenciados para las fiestas y para el resto del año, hacer posible la incorporación de un registro de casales y fijar un régimen sancionador son los hitos que nos hemos marcado para superar los problemas de convivencia que se producen, pero el que no podremos hacer, por más que nos obstinemos, es obligar a nuestros vecinos a comportarse cívicamente y a respetarnos los unos a los otros. Esto lo dejo en manos de la ciudadanía, a la cual desde aquí apelo para que podamos disfrutar de unas fiestas patronales en armonía. H

*Primera teniente de alcalde de Almassora