Un año después de la cita electoral del 24 de mayo, es hora de hacer balance del trabajo logrado junto a Compromís en el Ayuntamiento de Almassora. Tiempo de recordar pequeños grandes logros, como la compra de los primeros equipos desfibriladores, una inversión mínima para salvar tantas vidas. También fue la primera vez en que los vecinos decidieron en qué querían que se invirtieran sus impuestos, y ese tiempo en el que Urbanismo dio paso a los peatones, a todos. También a los que usan sillas de ruedas o carros de bebé en aceras con obstáculos.

Un trabajo constante porque queda mucho por hacer. Como abrir, en unos días, el primer parque de educación vial o hacer efectivo el primer simulacro de emergencias en la playa. Qué decir de la construcción del Regina Violant. El camino es largo, pero estoy muy orgullosa de todas esas primeras veces logradas que consiguieron, por ejemplo, que dejara de inundarse el patio del Embajador Beltrán, que acabaron los conciertos de pago en fiestas o que los vecinos se sentaran a la mesa para buscar solución al conflicto de los casales.

En este tiempo de renovación no hay espacio para rendirse, sino para atender a quienes piden mejor transporte o un simple banco en el que sentarse. No en vano, la ciudad la construimos entre todos... Y entre todas, porque la primera Concejalía de Igualdad de Almassora también cumple un año de vida. Y serán más. H

*Teniente de alcalde de Almassora