La semana pasada visité las obras que permitirán convertir la Escuela Taller de Almassora en Centro de Formación. ¿Unas obras solo para cambiar un nombre? No, una inversión de 100.000 euros para homologar estas naves próximas al abandono y convertirlas en un espacio donde impartir hasta 30 titulaciones reconocidas por las administraciones. En otras palabras, una inversión en educación para generar empleo entre ese porcentaje de los vecinos de Almassora que opta por la formación profesional como salida laboral.

Fue la inversión más votada durante los primeros presupuestos participativos de la historia y no puedo estar más de acuerdo con esos ciudadanos que señalaron ésta como la mayor de sus preocupaciones. De ahí que este mismo lunes hayamos aprobado una nueva inversión de 50.000 euros para ampliar el Plan de Empleo Municipal. Esa inyección económica en nuestro presupuesto permitirá contratar a un mínimo de seis parados de Almassora para cubrir necesidades puntuales del Ayuntamiento.

Insuficientes, lo sabemos, para dar una respuesta a esos 2.496 vecinos que buscan un empleo digno con el que salir adelante, pero son los primeros pasos para dejar atrás tantos años de macroproyectos urbanísticos frente a las acciones que demandaban las personas. Cuando se cumple el primer aniversario de nuestra entrada en el gobierno local, las inversiones demuestran cuáles son las nuevas prioridades. H

*1ª teniente alcalde Almassora