Querido lector:

A una semana del día D para la segunda vuelta de unas primeras elecciones generales fallidas por la incapacidad de la clase política española, en plena ebullición en su evolución del bipartidismo de las últimas dos décadas al cuatripartidismo actual complementado por fuerzas nacionalistas o regionales también variadas, sociológicamente casi nada ha cambiado desde diciembre.

Digo desde el punto de vista social del voto porque políticamente la coalición Unidos Podemos sí parece haber aglutinado un voto de izquierdas que superará a la socialdemocracia tradicional representada por el PSOE, con todo lo que ello conlleva cara a los futuros pactos poselectorales para conformar gobierno. No obstante, la correlación de los apoyos a las diferentes tendencias, en función de las encuestas, los debates televisivos y el discurrir de la campaña, sigue prácticamente similar. La dificultad para formalizar alianzas parlamentarias para una futura investidura a día de hoy se antoja harto complicada.

Solo hay un aspecto, que también se dio en la convocatoria electoral de diciembre, que podría variar porcentualmente esas tendencias. Se trata de la indecisión, algo menos alta que en el pasado mes de diciembre, pero que genera un grado de incerteza inusual a los sondeos. Una incertidumbre que llega casi a un tercio del electorado que va a votar y que decidirá el sentido de su papeleta a última hora. De ahí que aunque la campaña, salvo el debate a cuatro del lunes pasado entre los candidatos a la Presidencia nos parezca anodina, principalmente en provincias como Castellón, puede ser determinante en su segunda semana, ya en la recta final.

Por esta razón me permito invitarles al único debate televisado que tendrá lugar entre los candidatos castellonenses el Congreso el próximo jueves, organizado por la UJI, AdComunica y Televisión de Castellón Mediterráneo.

Será el debate principal de campaña, programado para su última hora (un día antes del cierre) con la pretensión de que Castellón también tenga la oportunidad.