En el pasado pleno pudimos comprobar la reacción airada y fuera de lugar del grupo socialista, con el señor Benlloch al frente. A pesar de haber acordado una declaración institucional en beneficio de los ciudadanos, él no estaba satisfecho. La iniciativa de Cs, presentada tanto en la Comisión de Hacienda del Congreso como en los ayuntamientos, para promover una reforma urgente del impuesto sobre plusvalías, así como para establecer un mecanismo para devolver a los contribuyentes el tributo pagado en los casos en que no hubo ganancia en la venta, no debió ser de su agrado.

En la declaración acordamos que se informara a los afectados, cuestión que no es baladí, pues es la mejor forma de que estos puedan hacer valer sus derechos. Tampoco se mostró satisfecho el señor Benlloch con esta posibilidad. Debe considerar que la comunicación importante es la que informa de proyectos fallidos o eternamente aplazados, como la red urbana de running, el autobús a la UJI o las cámaras de vigilancia del Mercado Central o la que informa de ocurrencias embrionarias como la instalación de tótems para cargar móviles, sin tener si quiera informes técnicos y jurídicos que lo avalen. En definitiva, la inversión de 1,2 millones en propaganda.

El varapalo del TC ha evidenciado la mala confección de un tributo, que durante la crisis ha perjudicado a los ciudadanos en beneficio de la Administración. El problema al que se enfrentará el bipartito no es que deberá devolver lo que no era suyo, sino que se ha manifestado que durante años se ha estado funcionando con unos ingresos indebidos, y aún así tuvieron que subir el IBI. Ahora con la merma en las futuras recaudaciones y con las cantidades a devolver, volverán a asomar las carencias del modelo Benlloch, un tipo de ciudad que necesita altos ingresos para funcionar, como lo demuestra el hecho de tener una recaudación de IBI por habitante superior a la media. El bipartito ha estado gobernando por encima de nuestras posibilidades, y ahora su proyecto, con débiles cimientos, corre el peligro de desmoronarse cual castillo de naipes.

*Portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Vila-real