Muy españolas ellas y motivo de reunión en la mesa redonda de un personaje público, con periodicidad quincenal, junto con invitados habituales y no tanto, pertenecientes a diferentes estratos políticos, sociales, económicos y profesionales y, cosa curiosa, escogidos de forma específica en relación a la actualidad nacional. No se trata de reuniones de masones ni de miembros de clubes elitistas cuyos objetivos son distintos, es la pura realidad, a los de los alentejados, como se les denomina, persiguiendo éstos intercambiar rumores de facto, es decir noticias no confirmadas pero si contrastadas y que, al poco, son transmitidas por los medios. Sus fines son obtener información con prelación, no contaminada ni manipulada, con el objeto de poder evitar o al menos tratarlo, la toma de decisiones cuyas repercusiones pueden perjudicar a nuestro pueblo. Requisito obligatorio para entrar al comedor, es dejarse la coraza partidista, los que la lleven, en el perchero de la entrada y todos ellos hayan aceptado una condición sine qua non que les obliga a ser honestos, sinceros, portadores de buena voluntad y, por supuesto, ser fieles al secreto profesional, en lo que les afecte. Hoy en día, las fuentes de información son cada vez menos fiables. Hay siempre intereses detrás de algo que se divulga y que no siempre responde al cien por cien a la realidad.

Conocer, conversar, contrastar, analizar, comparar, todo para llegar al grado de veracidad. No es fácil. Por lo tanto, no me parece un mal sistema el invitar a comer lentejas estofadas, rematadas con unas natillas con galleta y canela. Al parecer, nadie se siente presionado ni comprometido, lo cual es muy importante.

Si algún día soy invitada, ya se lo cuento, en la medida que pueda.

*Secetaria de Derechos Civiles del PSPV en Castellón