El pasado sábado, el terror más infame volvía a golpear la democracia y derechos humanos, en Londres, cobrándose, esta vez, ocho irremplazables vidas, entre ellas, la del español Ignacio Echeverría, que tras afrentar a los cobardes terroristas con un monopatín, entregaba su vida para salvar la de otros muchos a los que ni siquiera conocía. Es ese acto de entrega absoluta, carente del más mínimo egoísmo, el que convierte a Ignacio en el mejor baluarte de la solidaridad que se me pueda ocurrir para enfocar este artículo.

Ese sentimiento altruista fue el que el pasado martes 6 de junio envolvió el salón de plenos del Ayuntamiento de Castellón, donde varias personas nos reunimos para presentar, una vez más y van cuatro, la Copa Querubín Solidaria en la que el deporte y la solidaridad aúnan fuerzas para conseguir erradicar de una vez por todas los prejuicios que rodean a nuestros seres más indefensos, los niños y, lo que es peor, los niños enfermos, esos que más necesitan del soporte y protección que la sociedad pueda ofrecer. El deporte, representado por los querubines (niños y niñas nacidos en el año 2011) y la solidaridad, mediante la unión de entidades sociales cuyo fin máximo es la lucha contra la desigualdad que sufren otros niños menos afortunados.

Encuentros deportivos Castellón, de la mano de mi gran amigo y mejor ser humano Ricardo Stasi, comenzó a organizar estos eventos infantiles deportivos con niños que aunque no tenían edad de competir, sí muchas ganas de jugar, intentando así, fomentar la diversión sana, dando de paso una oportunidad a las diferentes asociaciones benéficas de nuestra ciudad para conseguir fondos que pudiéramos destinar a fines sociales. En un principio se trataba de unas jornadas, durante las cuales los pequeños se divertían haciendo deporte, y como no podía ser de otra manera siendo una creación de Ricardo, no tardó en involucrar a diferentes entidades sociales, en su mayoría infantiles, para que pudiéramos rentabilizar de alguna manera estos encuentros. Hoy en día, estas pequeñas y aisladas jornadas se han convertido en los grandes eventos familiares dominicales, en los cuales, se reúnen padres e hijos, para disfrutar del deporte rey a la vez que ejercen una labor social.

El lema de estas jornadas deportivas es No competimos, compartimos, y como bien se entiende, no solo es una muestra de cuan solidario puede ser el deporte cuando los adultos queremos, sino que nuestros niños son mucho más inteligentes que nosotros, ya que bajo esta nada egoísta bandera son capaces no solo de divertirse ayudando, si no, de aprender que todos los niños tienen derecho a ser niños y a jugar.

A lo largo de estos cuatro años, han pasado por las instalaciones del Chencho fundaciones y entidades sociales infantiles, como la Asociación RETT, Síndrome de Down Castellón, ATENEU daño cerebral, el CAU de niños autistas, ALUDME, FUNDAME, Afanías Castellón, Tu donas y yo vivo, Asproace, Aociación de esclerosis múltiple, MEF2C, Fundación Alba Péres para cáncer infantil, entre otras, y todas ellas, repetirán mientras nosotros seamos capaces de invertir nuestro tiempo de ocio en enseñar a nuestros hijos la grandeza del deporte, que reside en que su verdadera importancia se encuentra en quien lo juega y no en quien solo lo practica. Con la solidaridad, ganamos todos.

Lamentamos no haber podido hacer mayor publicidad del evento, pero ,como es lógico, nuestros medios van destinados principalmente al desarrollo de proyectos para los niños afectados. De todas formas, nuevamente, agradecer a todas aquellas personas que este, como los tres anteriores años, han participado de estas jornadas, bien con su trabajo desinteresado, bien comprando algún artículo o boleto de la rifa de las diferentes asociaciones. Por supuesto, agradecer a Jamones Carrillo, Casa Juanjo y Rodine, entre otros establecimientos, las aportaciones como el jamón solidario que cada domingo se rifa en las instalaciones del Chencho y que jamás alimentaron tanto ni mejor.

*Pte. Federación Coordinadora de Entidades Ciudadanas Castellón (COASVECA)