En Vinaròs el 11 de julio del 2016 el tripartito de Podemos, PSPV-PSOE y Compromís aprobó solicitar a la Generalitat valenciana el cambio de proyecto del Plan Confianza y pasar de un carril lúdico en la carretera de la ermita a una piscina municipal. Lo aprobaron porque tienen mayoría, pero lo hicieron con un informe del secretario municipal advirtiendo de que el expediente no contenía todos los informes preceptivos para poder ser aprobado.

Ahora la justicia da la razón al Partido Popular de Vinaròs y anula el pleno al vulnerar los derechos de los concejales a tener a su disposición toda la documentación. ¿A alguien le extraña esta decisión del juzgado de lo contencioso-administrativo? A nadie excepto a los once concejales del tripartito de Vinaròs que, acostumbrados a gobernar sin contar con nadie, obviaron el informe del secretario.

Lo esperpéntico del caso es que el alcalde, en rueda de prensa, ha culpado de todo esto, y cito de forma literal, «a la mala praxis de los funcionarios del Ayuntamiento» para así excusarse él cuando en realidad es el máximo responsable de un tripartito pésimo, que no sabe gobernar y que se salta las leyes cuando les viene en gana.

Después de conocer la sentencia queda claro que si Vinaròs no tendrá una piscina municipal es por el autoritarismo de un tripartito al que no le importa saltarse la ley para vender su relato y anteponer sus propios intereses partidistas a los intereses generales de todos los vinarocenses.

Tras un varapalo judicial de esta magnitud el único camino decente que le queda al alcalde y a sus socios de gobierno es el de su casa para dejar paso a un gobierno responsable, que cumpla con las leyes y logre para Vinaròs los proyectos que ellos son incapaces de gestionar.

*Diputado provincial del PP