Es sorprendente la propuesta del rectorado de la Universidad Jaume I al Consejo Social de la misma, en relación al uso de la lengua valenciana, de forma gradual y continuada en la docencia, empezando por el grado de enfermería. Tras una polémica reunión del organismo, sin cuyo beneplácito nada de esto se puede llevar a cabo, la propuesta ha sido denegada por considerar que limitar la lengua vehicular al valenciano es frenar la expansión de la universidad como tal y reducir la matrícula que, junto con disminución de la financiación y según recientes declaraciones del rector, Vicent Climent, no hay posibilidad de llevar a cabo nuevas inversiones.

Como ya he mencionado en alguna ocasión, limitar el uso del lenguaje al valenciano es endógeno, por lo que la citada propuesta es inaceptable, máxime cuando un alto porcentaje de estudiantes proceden de zonas no valenciano parlantes, aunque muchos de ellos lo tengan como segunda lengua, según el programa de estudios de primaria y secundaria en nuestra Comunitat. Sin olvidar a los estudiantes del programa Erasmus, quienes tienen la base de conocimientos de castellano.

Una vez más hago hincapié en mantener una postura abierta y globalizada, máxime en una institución como es la universidad, en nuestros días. Lo aceptable es que en todos los grados existan asignaturas, que, de forma lógica, se impartan unas en castellano, otras en valenciano y el resto en inglés. El conocimiento de estas lenguas, hoy en día, son una riqueza enorme, juntamente con los conocimientos específicos de cada grado. La pluralidad lingüística enriquece. Tras la negativa a la propuesta, el sr. Climent anuncia que se hará un reestudio del tema y someterlo, de nuevo, al criterio del Consejo Social.

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSPV-PSOE Castellón