Stephen Hawking, astrofísico, cosmólogo y el mayor divulgador científico de la historia, fallecido hace pocos días, decía a cerca del ser humano que «solo somos una raza avanzada de monos en un planeta menor de una estrella promedio. Pero podemos entender el Universo. Eso nos hace sentir muy especiales».

Podremos entender el universo, pero desde luego el comportamiento de muchos humanos me hace dudar que seamos una especie avanzada de monos, lo de avanzado es absolutamente pretencioso.

Ayer leía el infame artículo de Luis García Montero, excandidato de Izquierda Unida en la Comunidad de Madrid, en el cual asegura que «todos somos Ana Julia». Según este poeta, por llamarlo de alguna manera, la asesina del pequeño Gabriel, la que ha perpetrado el asesinato más cruel y abominable, ocurrido en España en los últimos años, la que ha estado doce días buscando al niño acompañando a los padres a todas horas cuando lo tenía muerto en una fosa, la misma que mató al pequeño a golpes e insultaba su cadáver mientras lo trasladaba, resulta que es así por culpa de la sociedad capitalista que vivimos.

Lo peor de esto no es lo que piense un energúmeno, lo peor es que la actitud de ciertos partidos políticos están fomentando el pensamiento de que hay que proteger al asesino y no a la víctima.

Todo esto se produce en medio del debate político a favor y en contra de la prisión permanente revisable, un debate se produjo hace pocos días en el Congreso de los Diputados y que contó con la oposición frontal del Partido Popular para que no continúe su derogación. Y es que por mucho que se empeñen, la prisión permanente revisable se introduce en el 2015 por el Partido Popular para dar respuesta a los crímenes más crueles y despiadados, es una figura prevista en las legislaciones de la mayoría de países europeos, compatible con nuestra Constitución y que también prevé la reinserción del penado, si esto es posible.

Lo peor de ese día no fue ver cómo seguía adelante su derogación, lo más triste fue el desprecio de los diputados de Podemos y del PSOE a los padres de niños asesinados de forma salvaje, que acudieron a presenciar el debate, y que recibieron el aplauso y el cariño de los diputados del Partido Popular mientras los de izquierdas abandonaban el hemiciclo sin mirarles a la cara.

Es infinita la crueldad que podemos ejercer los humanos, yo no sé si es fruto de la sociedad capitalista, o es que somos una raza dudosamente avanzada de monos. Lo que sí sé es que yo no soy Ana Julia. Yo soy y siempre seré Gabriel.

*Secretaria general PPCS