En la Concejalía de Salud Pública, hemos puesto en marcha hace escasos días la campaña Un orín, un botellín por la necesidad que hay de concienciar a los dueños de perros de la importancia de minimizar los efectos negativos que causa esta acción de los animales en la vía pública.

Mil botellines distribuidos entre ciudadanos y ciudadanas para que, cuando salgan a pasear con su perro por calles, plazas, parques o jardines de Castellón. lo hagan acompañados de un botellín con líquido para limpiar los orines de la mascota.

Las instituciones hemos de sensibilizar e intentar concienciar a la ciudadanía sobre la conveniencia de cambiar ciertas conductas que no son apropiadas. No debemos hacer en la calle lo que no permitimos en nuestra casa. Y en ese empeño de civismo, educación y respeto hacia la ciudad y los demás, la Concejalía de Salud Pública lleva a cabo otras iniciativas similares a lo largo del año.

Actuar para reparar los daños cuesta dinero y la simple acción de limpiar los orines o de recoger las heces puede evitarlo. Parece insignificante, pero no lo es. La reparación del mobiliario urbano, de pies de farolas y semáforos, y el mantenimiento de la vía pública sale del dinero de las arcas municipales, es decir, del bolsillo de todos.

Los orines de los perros oxidan bases de farolas y semáforos, lo que cada cierto tiempo hace que tengamos que regenerar, reparar y sanear puestos de alumbrado público y de regulación del tráfico con resina y pintura de poliuretano.

Si los que somos propietarios de mascotas hacemos un pequeño esfuerzo por cambiar algunos hábitos, seguro que conseguimos que ese coste sea menor, además de otras ventajas como mantener la ciudad más limpia y ofrecer una mejor imagen. Vale la pena intentarlo.

*Concejala de Gente Mayor, Salud Pública y Consumo en Castellón