Opinión | El turno

Un Gobierno en rebelión

Una vez más, los tribunales confirman que estamos sometidos a un Gobierno que parece que solo busca la confrontación entre los valencianos. El Tribunal Superior de Justicia ha vuelto a dar el enésimo varapalo al Consell por ignorar la diversidad lingüística de la Comunitat.

Las primeras sentencias intentaron parar el chantaje lingüístico en la educación, aunque después Conselleria se saltase a la justicia imponiendo una inmersión enmascarada a la catalana. La segunda tanda de fallos, frenan el delirio de imponer al personal de la administración en qué idioma tienen que comunicarse y hacer las notificaciones.

Así, los funcionarios debían de iniciar las conversaciones exclusivamente en valenciano, igual que las notificaciones, la publicidad institucional o las rotulaciones. Pero es que tal es la ceguera que invade al Botànic que ha sido incapaz de ver que estaban atacando competencias estatales en materia de contratación pública, al obligar a los licitadores a presentar los proyectos en valenciano si desean optar a los concursos.

Por ello, el TSJ ha dicho basta, basta a una normativa inconstitucional y que vulnera el Estatut de Autonomía al dar un uso preferente de una lengua sobre la otra, creándose valencianos de primera y de segunda, según la lengua que se utilice.

Pero, como ocurrió con el chantaje lingüístico, aquellos que defienden la independencia judicial y dicen respetarla, ahora se declaran en rebelión porque no les gusta lo que hay, emulando a los independentistas catalanes. La realidad es que la imposición y los extremos nunca han sido buenos. La cultura y la lengua tienen que servir para unirnos y nunca para romper o prohibir porque, como citaba el escudero de Cervantes, «no hay razón para que el sayagués hable como el toledano».

*Diputada autonómica y portavoz provincial de Ciudadanos

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