Existe una verdad universal aceptada por todos: «La ventaja de ser inteligente es que resulta fácil pasar por tonto; lo contario es imposible». Se entiende por inteligencia a la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas. La mayoría de los individuos la tenemos desarrollada de un modo particular, producto de la dotación biológica, de la interacción con el entorno y de la cultura imperante en su momento. Se considera a Williams James Sidis, un norteamericano hijo de inmigrantes ruso-judíos, que nació el 1 de abril de 1989, el hombre mas inteligente del mundo de la era moderna. Entre otras cosas, a los 18 meses podía leer el periódico, con 8 años hablaba de forma fluida ingles, francés, alemán, ruso, turco, armenio y latín. Con 9 años fue aceptado en la Universidad de Harvard y con 12 dio su primera conferencia sobre la cuarta dimensión. Su padre, un reconocido psicólogo, y su madre, una de las primeras doctoras en medicina de la historia, querían un genio, por lo que se dedicaron a lograrlo, olvidándose de lo mas importante: sus emociones.

Fue en 1995 cuando Daniel Goleman introdujo el concepto de Inteligencia Emocional para referirse a la habilidad para conocer las emociones y saberlas manejar. Aprender a encaminar las emociones y la motivación consecuente hacia el logro de objetivos es esencial para dominar la impulsividad, establecer buenas relaciones y tener un buen autocontrol emocional. Pero, debido al experimento de sus padres Williams no tuvo infancia, y a los 17 años decidió reaccionar frente a su entorno. Organizó disturbios y manifestaciones solo con el fin de ser encarcelado, estar solo y alejarse de su entorno. Vivió huyendo los últimos años de su vida hasta que a los 46 años falleció de un derrame cerebral.

*Psicólogo clínico

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