Nadie duda que consolidar un crecimiento sostenible que permita generar riqueza y empleo de calidad debe ser objetivo básico para una sociedad moderna que pretenda alcanzar las mayores cuotas posibles de bienestar para sus ciudadanos. Un objetivo en el que las empresas tienen un papel fundamental por ser las que generan la actividad y posibilitan que una parte de ella revierta a la sociedad, contribuyendo con ello al estado de bienestar. Pero si además esas empresas se organizan y participan activamente el camino hacia el éxito es más factible.

Las organizaciones empresariales, tienen encomendada una importante función laboral empresarial y también social. Su razón de ser son las empresas, los empresarios y las empresarias a las que representan y en la defensa de sus intereses deben centrar su actividad. Un trabajo que exige dedicación, participación y compromiso en beneficio de las empresas y por extensión de toda nuestra economía.

Ahora bien, incluso por encima del interés empresarial, las organizaciones empresariales también cumplen una función social de mayor trascendencia, como reconoce la propia Constitución. La importancia que las organizaciones empresariales tienen en nuestro país se recoge en el Título Preliminar de la Constitución Española de 1978, donde además se destaca su contribución a la defensa y a la promoción de los intereses económicos y sociales. «Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos», artículo 7.

La exposición de motivos de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Decreto de Asociación nos recuerda que “el derecho fundamental de asociación, reconocido en el artículo 22 de la Constitución. Y añade: «Es innegable, también, y así lo recuerda el Comité Económico y Social de la Unión Europea en su Dictamen de 28 de enero de 1998, la importancia que tienen las asociaciones para la conservación de la democracia. Las asociaciones permiten a los individuos reconocerse en sus convicciones, perseguir activamente sus ideales, cumplir tareas útiles, encontrar su puesto en la sociedad, hacerse oír, ejercer alguna influencia y provocar cambios. Al organizarse, los ciudadanos se dotan de medios más eficaces para hacer llegar su opinión sobre los diferentes problemas de la sociedad a quienes toman las decisiones políticas. Resulta patente que las asociaciones desempeñan un papel fundamental en los diversos ámbitos de la actividad social, contribuyendo a un ejercicio activo de la ciudadanía y a la consolidación de una democracia avanzada, representando los intereses de los ciudadanos ante los poderes públicos y desarrollando una función esencial e imprescindible».

Y aquí es donde entran en juego las organizaciones empresariales y los sindicatos que deben aceptar el reto para obtener las mayores cuotas de bienestar social. Debemos alcanzar consensos y conseguir acuerdos que, respetando todas las sensibilidades, permitan la necesaria estabilidad para progresar y crecer de forma sostenible. Tenemos que hacer gala de nuestra capacidad para negociar, acordar y cumplir compromisos con los poderes públicos y con el resto de los agentes sociales. Tenemos que implicarnos, participar en el fortalecimiento de nuestra sociedad y poner en valor esta participación.

Desde la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana, tanto en el ámbito autómico, como desde las tres provincias, CEV Castellón, CEV València y CEV Alicante, les puedo asegurar que no vamos a regatear esfuerzos. Tampoco a nivel nacional, por nuestra amplia participación en CEOE.

Trabajaremos para dar respuesta a todos los desafíos a los que nos enfrentamos como parte de la sociedad civil. Lo haremos trasladando a la Administración y resto de agentes sociales todas las necesidades y planteamientos que surjan en el seno de las comisiones de trabajo constituidas en la CEV y que abordan cada uno de los asuntos que nos afectan y que les dan nombre: Industria, Energía, Infraestructuras y Urbanismo, Comercio, Unión Europea e Internacionalización, Promoción Empresarial y Emprendedores, Turismo, I+D+i, responsabilidad Social Empresarial, Economía y Fiscalidad, Educación y Gestión del Conocimiento, Relaciones Laborales, Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, Logística y Transporte, Colaboración Público Privada, Cadena Agroalimentaria y Agua.

Las organizaciones empresariales debemos tener la capacidad de responder con éxito a las exigencias y retos de cada momento. La mejor forma de hacerlo es con rigor y compromiso.

Permitan que recupere y haga referencia aquí a una reflexión que vertía Francisco Toledo, presidente de la Autoridad Portuaria de Castellón, en su artículo publicado en este mismo medio el pasado domingo día 9 sobre la necesidad de adaptarse a los cambios para poder sobrevivir y a la necesidad de conocerlos y tener la mejor información para poderlos afrontar. En eso estamos, el entorno nos condiciona y es muy cambiante, debemos conocerlo y adaptarnos, para conseguirlo, debemos estar dispuestos a participar, con mayúsculas.

Y en estas fechas tan señaladas, cercanas y a la Navidad y el Nuevo Año, quisiera expresar los mejores deseos de paz y felicidad.

*Presidente de CEV Castellón