El portavoz socialista en Les Corts Valencianes, Manuel Mata, escribía hace unos días en una red social: «Ya dijo el gran Camilleri en una entrevista que la izquierda es el único ser que se reproduce por escisión». Pero el escritor siciliano añadía también en esa entrevista que en esa reproducción por escisión cada vez disminuía más el peso... En los momentos cruciales que estamos viviendo, la escisión y confrontación de la izquierda aporta más angustia ante un futuro cargado de incertidumbre. Recuperando también al magistral historiador Josep Fontana, lo que tengamos será lo que habremos merecido. Fontana advirtió y constató el retroceso acelerado de los derechos ciudadanos, remarcando la necesidad de unidad entre los movimientos sociales y la izquierda para frenar el imparable avance del neoliberalismo y la ultraderecha. El periodista morellano Josep Martí Gómez recuperaba ayer en la SER el análisis de Fontana, mientras la derecha se une y el capitalismo avanza, las políticas sociales y los derechos retroceden en un escenario donde la izquierda se resquebraja incapaz de construir una casa común.

La izquierda camina hacia laberintos que alejan la esperanza ciudadana. Crece la brecha social y económica, cada vez somos más desiguales, más ricos y más pobres, los niveles de pobreza son alarmantes, y la percepción ciudadana de que las políticas progresistas no solucionan ni transforman la realidad lleva a la decepción y desconfianza. Una realidad globalizada que precisa urgentes respuestas y no la guerra de egos y desbarajustes que exhibe la izquierda. Los poderes predominantes fácticos y económicos están celebrando esta atomización de una izquierda que debería ser fuerte y unida en todos los frentes y territorios. Los predicadores mediáticos están sembrando el relato ultraderechista, desvirtuando la realidad, promoviendo el odio y dando respuestas populistas al cabreo ciudadano. Están adiestrando y aglutinando. Mientras, en la izquierda sobran los liderazgos personalistas que acaban siendo débiles y urge la cohesión, el mismo relato, un gran proyecto común económico y social que atraiga a la mayoría ciudadana. Escuchar, respetar, confluir y sumar debería ser el gran reto, el gran objetivo. No hay que olvidar que la historia del pasado siglo, y la más reciente, nos ha mostrado cómo mejorar el futuro de este país y de este mundo.

*Periodista