Si en estos días algo nos ha dejado claro el Botànic II es que la prioridad del PSOE y sus socios de Compromís y Unidas Podemos es garantizarse la nómina. El discurso de austeridad que fue la bandera de la izquierda ha quedado enterrado por la tozuda realidad. La legislatura arranca con una subida generalizada de nóminas y un incremento clamoroso de altos cargos.

Atrás quedan las camisetas, los mensajes enconados y las arengas ejemplarizantes de quienes hoy se han convertido en la diana de sus propios dardos. El Botànic II elevará a 29 millones de euros el gasto en altos cargos. Toca alimentar a las 12 consellerias, dos más que en el año 2015; a las 29 secretarías autonómicas, siete más que la pasada legislatura; a las 84 direcciones generales, 28 más que en el 2015; a las 12 subsecretarías, dos más que hace cuatro años; y a los asesores, que pasan de los 74 hasta los 116.

Lo que en realidad importa no es prioritario. Como no lo es la lucha contra los mosquitos. Olvidada queda la brigada especial puesta en marcha en diciembre del 2018 por un PSOE que hoy no la localiza porque solo sirvió para hacer una foto. Hoy la inversión se reduce a 45.000 euros, muy lejos de los 1.050.000 euros que el pasado enero Javier Moliner aprobó en la Diputación de Castellón para luchar de forma eficaz, con medios materiales y humanos, contra una plaga que ya ha provocado las primeras manifestaciones.

LO QUE EN REALIDAD importa se desatiende. Como la atención sanitaria, que queda desprotegida en verano porque el PSOE está ocupado en subirse el sueldo. Los consultorios médicos limitan su horario de atención a los pacientes, crecen las listas de espera y recortan especialidades y servicios que se quedan sin profesionales médicos.

Y mientras el PSOE alimenta a golpe de talonario el número de altos cargos, miles de familias que viven del bou al carrer esperan saber cuál es su futuro. La fiesta por antonomasia de nuestra provincia, tradición, cultura y sustento para muchos castellonenses, sigue a la espera de que el PSOE decida su continuidad.

Desde el Partido Popular hemos sido y seguiremos siendo firmes defensores de un festejo que es más que una manifestación cultural. La riqueza del bou al carrer debe garantizarse y por ello presentamos una iniciativa en Les Corts que asegurara su futuro. Sin embargo, hoy el PSOE sigue jugando a la ambigüedad y al despiste, y se niega a suspender la exigencia del segundo médico que recoge la disposición adicional quinta de la Ley de espectáculos 14/2010.

El 1 de enero de 2020 el bou al carrer deberá contar con este segundo médico, una sentencia de muerte garantizada que los propios colectivos han exigido derogar. Lo que en realidad importa debería ser prioritario y garantizar a las familias que viven de esta fiesta que podrán pagar su hipoteca y la universidad de sus hijos.

DESDE EL PP invitamos al PSOE a dar un paso valiente y garantizar a los más de 250 municipios de toda nuestra Comunitat que el bou al carrer está blindado. Porque por encima de unos socios, por delante de unos sueldos, está la Comunitat Valenciana. Y el afán por el gasto nunca debería poner en jaque la riqueza de nuestro territorio.

*Diputado autonómico en Les Corts