He crecido entre naranjos, jugando a saltar acequias y recorriendo en bici los caminos rurales. Las arterias que han levantado la economía de Burriana, las que abrieron las puertas al mar y siguen hoy alimentando a cientos de familias que viven del sacrificio de la citricultura.

El tesoro de esta ciudad es agrícola. Un fruto, la naranja, al que se llega por caminos rurales que hoy están abandonados. Una situación que no es nueva, que los vecinos denuncian desde hace años y que ahora el PSOE ha decidido convertir en piedra arrojadiza. Antes del 26-M, Burriana compartía con Nules proyectos, inversiones e incluso ideología. El cambio de color en la alcaldía vecina ha sacado a la luz que tanta complicidad era impostada y que la realidad era menos grata que las sonrisas cómplices que exhibían.

Bien lo saben los vecinos del Camí la Ratlla. Desde hace años exigen un proyecto que mejore las condiciones de una vía abandonada. Pero tocaba callar cuando las siglas eran compartidas, silenciar una degradación permitida de forma negligente.

Ahora Burriana echa las culpas a Nules. Ahora que el PSOE ya no gobierna en Nules. Ahora toca atacar. Mejor nos iría si como venimos reclamando desde el 2015 se definiera un Plan Integral de Conservación de Caminos Rurales. Una propuesta que desde hace más de cuatro años hemos planteado a quienes hoy gobiernan sin éxito. Porque antes que trabajar e invertir en la prevención, parece que toca buscar culpables.

A Burriana le iría mucho mejor si, en lugar de perder el tiempo en criticar, lo invirtiéramos en prevenir y mejorar. En dar servicio. En ser útiles. Para eso han votado los ciudadanos, no para que les hagamos perder su tiempo y su dinero.

*Portavoz del PP en Burriana