Tercera semana de confinamiento y el estado de alerta se prolonga. Creo que la sociedad está dando muestras de civismo y de solidaridad más que nunca. De algo sirven las crisis. La otra crisis existente es la que acontece en los CIE (Centros de Internamiento para Extranjeros), donde como muchos sabemos, permanecen recluidas las personas extranjeras que no tienen un NIE (número de identificación de extranjero), comúnmente conocido como permiso de residencia o permiso de residencia y trabajo.

Desde mediados de marzo, ante la imposibilidad de efectuar las expulsiones de los extranjeros con situación administrativa irregular en España, la policía empezó a poner en libertad a un número de internos, a la vez que daba cumplimiento a una orden de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras. La citada orden dicta que se ha de poner en libertad a los internos, sin esperar a que se cumpla el tiempo de detención fijada por la ley, debido al cierre de las fronteras por el estado de alarma. Al no existir posibilidad de devolución, la liberación habría de ser inmediata.

EXISTE la otra vertiente en esta situación y es que más de un centenar de países prohíben la entrada de personas procedentes de España o han cortado sus conexiones con aeropuertos españoles debido a la pandemia del coronavirus con el objetivo de evitar que se propague. Coincide que algunos de esos países son Marruecos, Argelia o Guinea, de donde son la mayoría de internos.

Pero, una vez realizada la puesta en libertad, ¿a dónde van estas personas? Algunos cuentan con familiares residentes, otros con amistades, y ¿los que no tienen a nadie? Entonces lo que tocaría hacer es buscar la manera de darles alternativa de alojamiento o vivienda. Sé que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones trabaja desde hace unos días de forma coordinada con la Comisaría General de Extranjería y Fronteras para acoger a las personas que puedan ponerse en libertad durante estas semanas. Gracias a las organizaciones del tercer sector que han brindado alojamiento a estas personas.

Me interesa focalizar esta situación en el CIE de Valencia por los hechos acontecidos recientemente y que han sido conocidos a través de un vídeo que emitió la televisión autonómica. En dicho vídeo se ve la situación de hacinamiento en que se encuentran los 34 últimos internos, quienes conviven sin ninguna medida de protección, llámese mascarilla y guantes, y además incumpliendo el distanciamiento social de un metro, para evitar un posible contagio. ¿Qué hacían esas personas en esta grave crisis sin protección? ¿Por qué a la fecha aún no han sido puestos en libertad tal como dicta la orden? Además, el Defensor del Pueblo recomendó su puesta en libertad. Por ejemplo, en el CIE de Barcelona los internos han sido liberados.

Hay que ofrecer seguridad a la gente, hay que dar protección, hay que lograr que el escudo social en la Comunidad Valenciana proteja a todos, a todas, sin dejar a nadie, atrás, incluso a quienes se encuentran encerradas en un CIE por el hecho de no tener un permiso, una tarjeta. Porque al final se trata de personas.

*Diputada de Unides Podem por Castelló en les Corts