Diversificación económica, alianza social, innovación, solidaridad y generación de oportunidades constituyen ejes fundamentales del proyecto que desde hace nueve años nos ha permitido transformar Vila-real en ciudad del siglo XXI, con gran capacidad de emprendimiento y un tejido social y económico siempre en evolución y mejora continua. La crisis económica de 2008 evidenció que era imprescindible que nuestra ciudad se abriera también camino en otros sectores económicos y productivos, para no depender únicamente del ‘monocultivo’ de la cerámica; aquello que explicamos con la expresión «no poner todos los huevos en la misma cesta» para no correr el riesgo de que, al mínimo golpe, acaben por romperse todos. No fue la única lección que aprendimos: la atención social y la salud, cuidarnos y cuidar de los demás, no sólo eran y son un derecho sino una oportunidad para transformar Vila-real en un referente asistencial y afianzar su capitalidad comarcal de servicios.

En estos nueve años, a pesar de los palos en las ruedas y la dificultad de gestionar un ayuntamiento lastrado económicamente por los empastres del PP, hemos sembrado y trabajado a través de nuestra alianza social. Por eso ahora, en estas circunstancias excepcionales de crisis que han alterado por completo las agendas de las administraciones, en el Ayuntamiento de Vila-real no hemos dejado de trabajar ni un día para que puedan ver la luz iniciativas de atención a las personas que al mismo tiempo generarán economía y que estoy seguro nos ayudarán a renacer en los próximos meses. Proyectos como el que la Fundación Manantial ha presentado en el I Congreso de Innovación Agroalimentaria desde la Economía Social para la creación de una planta de producción de hongos y setas, que empleará a personas con problemas de salud mental y que es la primera de este tipo en la provincia.

CON ESTA iniciativa cerramos el círculo que convierte a Vila-real en un municipio referente en el trato sensible a la salud mental, gracias al esfuerzo y profesionalidad de la Fundación Manantial; una entidad con 25 años de experiencia que atiende a cerca de 3.000 personas con 660 profesionales. En nuestra ciudad, la Fundación Manantial gestiona la residencia Santa Ana, en el edificio cedido por la Fundación Caixa Rural Vila-real, y el Centro de Rehabilitación e Integración Social (CRIS), ambos recursos incluidos en el concierto social de la Generalitat, gracias a la apuesta que el actual Consell está haciendo por la atención a la salud mental, tan olvidada por gobiernos populares.

Con el proyecto Vilamico, la Fundación Manantial amplía su acción en el ámbito de la inserción laboral, en el que ya cuenta con lavandería social. Además, la ubicación de esta nueva empresa en la antigua nave del almacén de naranjas Sonavi, en el entorno de la estación de ferrocarril, no es baladí. Además de estar cerca del resto de recursos asistenciales de la fundación, responde a uno de los ejes de nuestra estrategia Vila-real 2030 para el impulso de un clúster agroalimentario en la zona este, donde nació y se desarrolló la actividad exportadora citrícola. Reinventarnos a partir de nuestros orígenes es un reto que puede generar grandes oportunidades, como estoy seguro de que lo hará nuestro proyecto de barrio del deporte, en el entorno del Centro de Tecnificación. La ronda Suroeste será el gran revulsivo para convertir este distrito en un polo de atracción de la formación e innovación en el deporte.

Por nuestra parte haremos lo que esté en nuestra mano, con medidas como la bonificación del IBI a proyectos de economía social que den empleo a personas con diversidad funcional o colectivos vulnerables, así como para inmuebles de organismos de investigación y universidades tanto públicas como privadas. Pero es importante no remar solos. Necesitamos contar con Generalitat, Gobierno y UE. Seguro que esta crisis nos hará retroceder algunos pasos pues tendremos que atender, como ya estamos haciendo, nuevas necesidades y gestionar, como ya lo hicimos en 2011, los efectos, especialmente en la parte más vulnerable de la sociedad. Pero pese a reducir velocidad, lo más importante es que no vamos a perder de vista nuestras metas y seguiremos trabajando con ilusión.

*Alcalde de Vila-real