Esta izquierda sectaria que nos gobierna ha impuesto todo tipo de normas para mantenernos atemorizados y bajo su control. Ellos deciden lo que está bien y lo que está mal, lo que es progre y lo que es facha, lo que es correcto y lo que es incorrecto... Se trata de una forma de censura que mina nuestros derechos y que, poco a poco y casi sin darnos cuenta, nos somete a la dictadura del pensamiento único: el de ellos. Y no hay que olvidar que así empezó el desastre de Venezuela…

Ellos, en un grotesco ejercicio de ingeniería lingüística e ideológica, adaptan a sus particulares intereses, las definiciones de democracia, de feminismo, de justicia social, de igualdad… Y si no aceptas su doctrina, eres de extrema derecha.

Por ejemplo: manifestarse frente al casoplón de los ministros Pablo Iglesias e Irene Montero es de fachas, de gente abyecta que no acepta el juego democrático. En cambio, perseguir e insultar a Alberto Fabra , cuando era presidente de la Generalitat valenciana; o pintar la puerta de la casa de nuestra portavoz en el Ayuntamiento de Castellón, Begoña Carrasco ; se llama, según ellos, «jarabe democrático». Está claro que hay distintas varas de medir…

Y no digamos lo mal visto que está criticar o quejarse de la nefasta gestión social, económica y sanitaria de Pedro Sánchez al frente de España, porque eso es, según ellos, una falta de patriotismo inadmisible. Y por eso, ahora, Pablo Iglesias recomienda «naturalizar» el insulto a los periodistas que no le son afines para, de esta manera, mantenerlos a raya y que sepan quiénes mandan en este país.

Por eso no dan explicaciones de nada. Todavía no sabemos cómo obtuvo el doctorado el presidente Sánchez, ni quién escribió su libro… No han abierto la boca sobre los ERE de Andalucía, ni han explicado qué llevaba la vicepresidenta de la dictadura venezolana, Delcy Rodríguez , en esas 40 maletas que entraron en Barajas sin pasar por el control de Aduanas y de la mano del ministro Ábalos… Sin olvidar la famosa tarjeta del móvil de la asesora del vicepresidente Pablo Iglesias.

Espero que no tarde mucho en que salga a la luz toda la verdad del gobierno socialcomunista de Pedro y Pablo. Y entonces, los españoles podremos volver a llamar a las cosas por su verdadero nombre. H

*Alcalde de Sant Joan de Moró y diputado provincial