El perro guía supone, por la seguridad y autonomía que proporciona, una ayuda inestimable en el desplazamiento de las personas ciegas que optan por él como auxiliar de movilidad. La ONCE ofrece gratuitamente este servicio a quienes lo pidan y sean aptas para recibir este auxiliar de movilidad.

Para ello, nació la Fundación ONCE del Perro Guía, que acoge el centro responsable de la selección, cuidado, atención y entrenamiento de estos perros, así como del adiestramiento posterior necesario para la adaptación entre usuario y perro guía asignado.

No todas las personas ciegas o con alguna deficiencia visual grave pueden convertirse en usuarias de perro guía. En primer término, es imprescindible que quien lo solicite tenga la capacidad de moverse de forma autónoma con bastón y un buen nivel de orientación. Entregar un perro guía a una persona que no se desplaza por sí misma (porque no pueda caminar, no salga de casa o porque lo haga siempre del brazo de otra persona) sería regalarle un carísimo animal de compañía, ya que nunca va a utilizarlo para su función de guía. Además, es preciso que posea una aptitud psico-física suficiente para manejar un perro y para atenderlo y responsabilizarse de su cuidado. Por último, necesita contar con una situación económica que le permita hacerse cargo de los gastos derivados de la tenencia del perro, como su alimentación y cuidados veterinarios.

Cuando un afiliado a la ONCE quiere tener un perro guía debe solicitarlo a dicha organización. A continuación el solicitante será reconocido por cuatro profesionales de la ONCE (médico, psicólogo, trabajador social y técnico de rehabilitación), que emitirán informes para valorar su aptitud para utilizar y atender un perro guía.

Ser usuario de perro guía supone para la persona ciega ganar en velocidad y seguridad en sus desplazamientos. La mejora de movilidad respecto a moverse utilizando el bastón es sustancial y esa es la principal ventaja de convertirse en usuario. Ahora bien, para llegar a conseguir ese objetivo, es necesario ser consciente de que:

1º. El perro guía es un perro y, por tanto, requiere alimentación, cuidados veterinarios, cepillado, salidas para evacuar...

2º. El perro guía no es un taxi ni un GPS. El usuario debe marcar el recorrido a realizar y el perro salvará los obstáculos y señalará bordillos y escaleras, pero no evita que el usuario deba orientarse y conocer la ruta.

3º. Es necesario aprender a utilizarlo, incluso aunque ya se haya tenido otro perro guía, porque cada perro es nuevo y distinto. El curso de usuario es fundamental y aplicar las técnicas de manejo y obediencia aprendidas en él es la mejor garantía para el éxito del emparejamiento y un equipo duradero.

4º. El perro guía no es infalible, ni se le deben traspasar funciones y tareas que son responsabilidad del usuario. Es un medio de movilidad de la máxima confianza, pero exige que el usuario realice su papel en la unidad para que el perro funcione correctamente.

Ser usuario de perro guía implica disfrutar de un derecho de acceso al entorno acompañado del mismo, que está establecido legalmente en atención a que la persona usuaria necesita del apoyo constante del perro para moverse de forma autónoma. Este derecho conlleva la facultad de entrar, permanecer y deambular junto con el perro guía en todo tipo de espacios, locales, establecimientos y transportes públicos o de uso público, al margen de su titularidad pública o privada.

El usuario de perro guía tiene, como contrapartida del derecho de acceso, obligaciones impuestas por las normas legales que lo regulan y otras que se derivan del contrato de usuario que firma con la FOPG para la cesión del perro.

Desde la creación de nuestra asociación, ASPEGUICV (asociación de usuarios de perros guía de la Comunitat Valenciana), perseguimos un objetivo, el bienestar de nuestros usuarios y el cuidado de sus ojos , los perros guía, para ello queremos que nuestros socios rompan barreras , y para ello, esta sociedad tiene que ayudarnos a conseguirlo. H