Los efectos del fondo de recuperación aprobado este martes en Bruselas por la Unión Europea empiezan ya a notarse mucho antes de que entre en vigor. Las diferentes administraciones públicas se han puesto las pilas y ya comienzan a concretarse iniciativas en el Congreso de los Diputados que van en la buena dirección de los pactos de colaboración para hacer frente a las consecuencias de la pandemia y de la cooperación entre las distintas instituciones, dejando al lado el partidismo y la oposición sistemática.

Como consecuencia del pacto de Bruselas, Pablo Casado dio instrucciones a los representantes del PP en la comisión de reconstrucción en el Congreso para llegar a un acuerdo con el PSOE y otros partidos al menos en dos de los grupos de trabajo: sanidad y la UE. Más alejadas está las posturas en los otros dos, los que se refieren a economía y políticas sociales.

A nivel autonómico, las comunidades han arrancado la carrera para captar fondos, dado que estos no son meras transferencias sin destino fijo. Al contrario, tienen un carácter finalista y para poder recibirlos habrá que presenta proyectos muy concretos. El Consell de Ximo Puig confía en captar 7.000 millones de euros de ese fondo europeo y ya está realizando una labor de concienciación en los departamentos autonómicos para «alinear» los proyectos de los próximos años a los tres ejes básicos ya planteados por la Comisión Europea: pacto verde y transformación energética; digitalización social y modernización de la Administración, y resiliencia y reindustrialización. La carrera por los fondos europeos ha empezado ya.