El equipo de gobierno de Amparo Marco acaba de presentar y aprobar el presupuesto de la ciudad de Castellón. Sí, ahora, el 30 de julio. Ocho meses tarde: debería estar en vigor desde el 1 de enero, no estará activo hasta en septiembre y tendrá una vigencia de tres meses.

Este es el resultado del expediente de gestión del primer año del Acord de Fadrell en la capital de la Plana, con mucho ruido, y pocas nueces. Mucho ruido, porque PSOE, Compromís y Podemos vendieron a bombo y platillo un pacto que a día de hoy solo nos ha dejado un gasto extra en sueldos de alcaldesa y concejales de un total de 600.000 euros extra al año y de 250.000 euros en los diferentes asesores, y un millón de euros en propaganda y autobombo, pero casi nada en materia de gestión, tras un año de guerra interna. También casi 4.000 parados, hasta situar la cifra en 17.000 desocupados.

Y pocas nueces porque son unos presupuestos de trámite, aprobados con desgana, cuadrados a martillazos y que no van a ayudar en nada a revertir la crisis. 181 millones de euros para unas cuentas que son continuistas y que llegan tarde y mal, porque ni siquiera tienen las prometidas medidas de lucha contra los efectos del covid-19, sin olvidar que no les va a dar tiempo ejecutarlas.

Desde el Partido Popular votamos no a unas cuentas que no ayudan en la recuperación económica y social de los castellonenses, que no bajan impuestos, que apuestan por la caridad en lugar de por las pymes y autónomos, que son los que generan empleo, y que han desestimado nuestras 21 enmiendas por valor de 5 millones, que recogían los proyectos y demandas de los vecinos y que, un año más, caen en el saco roto del olvido. H

*Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón