Los españoles durante meses hemos sufrido algo que nunca habíamos vivido anteriormente. El confinamiento debido a la pandemia ha marcado nuestras vidas y nos ha mostrado el dolor, aunque el Gobierno haya pretendido ocultarlo. A día de hoy, no conocemos el número exacto de compatriotas que han perdido la vida, no sabemos nada de las compras turbias de material fraudulento o todas las maniobras que han llevado a cabo aprovechándose del estado de alarma.

España ha sido el país más castigado por el covid-19 y el que mayores dificultades va a tener para superar los problemas en el ámbito sanitario, económico y educativo. Llegado a este punto, deberíamos plantearnos qué ha tenido que ver el Gobierno de la nación para ser los peores parados a nivel mundial en esta crisis sanitaria. Por esto mismo, aconsejo que revisemos, a finales de agosto, cuáles son las medidas tomadas por el Gobierno con la experiencia de la primera oleada.

Una imagen gráfica sería ver cómo el gobierno está de vacaciones con los brazos caídos mientras se disparan los rebrotes, contamos con casi cuatro millones de parados y cientos de miles de trabajadores en un ERTE. Los datos del PIB y empleo certifican que la crisis no es simétrica y España es el centro de la debacle económica en Europa por el despilfarro previo a la pandemia y la mala gestión de ésta. No podemos permitir que el peor presidente del Gobierno esté disfrutando de las magníficas playas españolas al mismo tiempo que la economía se desangra y su vicepresidente se esconda para evitar dar explicaciones por los numerosos casos que le señalan en una presunta financiación ilegal de su partido, en irregularidades detectadas por el Tribunal de Cuentas en las finanzas de Podemos y en el caso de las tarjetas robadas. Pedro Sánchez debería aplicar su vara de medir y cesar de inmediato a Iglesias con su formación política imputada y con un escándalo abierto de una posible extorsión a una mujer.

Durante estas semanas hemos visto cómo se multiplican los contagios, aumentan los fallecidos, la economía se desploma y desconocemos cómo será la vuelta a los colegios en septiembre. Pero, ante todos estos problemas, no existe Gobierno en España que tome medidas y actúe con rapidez y eficacia para impedir que aumenten estos datos tan preocupantes y se vuelvan a repetir los errores de marzo que nos llevaron al colapso sanitario. Se empeñan en buscar culpables en las Comunidades Autónomas, en la sociedad o, incluso, en las propias familias que ya les responsabilizan de la situación que se puede generar con el inicio del nuevo curso escolar.

Lo que es evidente es que la nación española ha sido, es y será mucho más fuerte que un mal Gobierno o, mejor dicho, que un grupo de pésimos dirigentes. Y cuando este país quede asolado el Partido Popular ya está preparado para remontarlo y hacerlo resurgir de sus cenizas por tercera vez.

Si no saben o no quieren, lo más conveniente para los españoles sería que se apartasen y dejasen trabajar a los que hemos demostrado que sabemos hacerlo. España necesita un Gobierno dispuesto a solucionar los problemas de los ciudadanos y no a creárselos. H

*Senador del PP