La pandemia del coronavirus nos ha obligado a aplicar medidas excepcionales para proteger lo que más queremos. Distancia de seguridad, mascarillas, geles y desinfectantes para garantizar la burbuja frente al covid-19. Es lo que ha hecho Ximo Puig desde hace años. Sin pandemia. El trabajo del día a día para ayudar a los suyos, a sus amigos, a su familia... con cargo al bolsillo de todos los vecinos de la Comunitat Valenciana.

Un trato de favor que Fiscalía investiga tras acusar al socialista de obstruir el acceso al expediente abierto a las empresas de su hermano. Prevaricación, malversación y posible fraude en las subvenciones son solo algunos de los hechos que se investigan por un presunto trato de favor unido por lazos de sangre.

Porque mientras Puig ha protegido a los suyos, las miles de familias de nuestra provincia, de nuestra Comunitat, han sufrido el desamparo. Seguro que conocen algún familiar que tenía que haber sido ya intervenido en uno de nuestros magníficos hospitales y que, todavía hoy, sigue formando parte de una interminable lista de espera. Esas que la izquierda se ha encargado de alimentar a golpe de recortes y desmantelamientos. Hablemos por ejemplo del Hospital Provincial, donde el castigo ha sido dramático hasta el punto que en pleno agosto el PSOE ha decidido dejar sin unidad de rehabilitación cardíaca a cientos de pacientes.

Servicios desmantelados en un escenario sanitario con consultorios y centros médicos cerrados, con especialidades suspendidas, como llevan sufriendo desde hace años los vecinos de mi pueblo, Almassora.

Son solo unos ejemplos de las políticas de la izquierda. Las mismas que en materia educativa siguen hoy deshojando la margarita para saber cómo será el inicio de curso, provocando la desesperación entre las familias. Sin protocolos, sin garantizar pruebas serológicas a las comunidades educativas o sin un servicio de enfermería escolar.

Es lo que hemos reclamado durante este verano, prepararnos con todas las medidas de seguridad para afrontar con garantías la vuelta al cole. Test de detección que otras comunidades, como Galicia, ya han garantizado y que en Castellón, con Vall d’Alba a la cabeza, han tranquilizado a cientos de vecinos. Una acción positiva que reivindicamos junto a la implantación del servicio de enfermería escolar a la que el PSOE sigue dando la espalda. Los profesionales sanitarios son en estos momentos fundamentales en colegios e institutos. ¿A qué esperan a habilitar la prestación?

Nosotros les podemos dar ejemplos de buenas prácticas en Onda, Segorbe y Benicàssim, todos ellos con un servicio que da seguridad a los escolares y tranquilidad a las familias y docentes. Un profesional que además de prestar la atención sanitaria requerida en el centro garantizara el cumplimiento de los protocolos Covid-19 tan necesario en estos momentos.

Pero la izquierda está en otras cuestiones. En el saqueo de los ahorros de las familias, el que Sánchez pretende ejecutar con la connivencia de sus alcaldes y presidentes de diputaciones. El que negará a las familias de esta provincia disfrutar de obras básicas para el futuro de este territorio al que el PSOE ha dejado sin AVE y sin autovía del interior.

Un maltrato constante en favor de los suyos, porque lo primero es cuidar de la familia, como ha hecho Puig y tan ejemplarmente ha seguido la consellera de Innovación, con una asignación de 5,4 millones a la fundación de la que es socio su marido. Hay que cuidar de la familia. H

*Diputado del PP en les Corts Valencianes