El pasado 12 de mayo publiqué en este mismo diario Mediterráneo un artículo titulado ¿Por qué saldremos los últimos? ; no soy médico ni epidemiólogo, pero como tú, sé escuchar y observar a quienes sí saben.

¿Por qué en China, país origen del virus, y por tanto con menor capacidad de reacción ante la situación, se hace vida normal y aquí tú no podrás cenar en Nochebuena con más de seis familiares?

Sencillo, allí hace una semana, por 12 infectados en Quingdao han realizado 11 millones de test en cinco días, al 100% de la población de la región. Esa misma semana en España en lugar de 12 casos hubo 79.804 y el Gobierno mantiene la prohibición de realizar test a particulares y empresas --sin la burocrática autorización médica--, y sigue sin hacer una programación nacional pública para llevarlos a cabo.

Aún recuerdo cómo el director general de la Organización Mundial de la Salud pedía «test, test y test» mientras aquí se justificaba el contagio masivo en las manifestaciones del 8-M, las mismas que se habían prohibido en Alemania y otros países con gobiernos más comprometidos en la lucha contra el virus.

Cuando uno no sabe, debe copiar lo que han hecho los países que han salido de la pandemia en estos meses.

Seguir impidiendo la realización de test, o no hacer los suficientes, es cerrar los ojos a la cruel realidad, multiplicar víctimas y demorar la salida de la crisis.

El alcalde de Torrevieja tuvo que derrotar en los tribunales a la Generalitat valenciana porque a nuestros alcaldes se les impide realizar test y poner enfermeras en los colegios. A Isabel Diaz-Ayuso la linchó la propaganda socialista por acertar realizando test a sus docentes y Ximo Puig se pone medallas todos los días por buena gestión… lógico cuando hace 58 puntos menos de test que el resto de España.

Hay toque de queda porque no se han hecho test de manera centralizada, ni los harán, pero toca cumplir las nuevas normas para acabar lo antes posible con un virus que, según reconoce ahora el Gobierno, ha contagiado al triple y matado al doble de lo que la publicidad ministerial afirma diariamente. Vamos ya por tres millones de infectados y 62.000 fallecidos.

Han pasado siete meses y seguimos cometiendo los mismos errores. El partido en el Gobierno dice ahora que los test «crean falsa sensación de seguridad», justo la misma frase que llevo a dejar sin mascarillas a nuestros sanitarios, de los peor equipados y mas infectados del mundo.

Aún no se han decidido a controlar nuestros aeropuertos internacionales. El de Madrid es el mayor coladero mundial y además quien debiera copiar las medidas de control que aplican el resto de países, no debe estar muy sensibilizado pues todos vimos al ministro del ramo, señor Ábalos y su portavoz Adriana Lastra , incumpliendo la prohibición de fumar a menos de dos metros y en exteriores, horas antes de que Sánchez decretara el nuevo estado de alarma.

Me gustaría cambiar el diagnóstico que hice hace cinco meses, pero no puedo; saldremos los últimos, pero al menos saldremos. Habrá laboratorios que proporcionen vacunas suficientes, sin embargo de la crisis económica no creo que podamos salir en toda la legislatura. Confío en equivocarme esta vez. H

*Presidente Provincial del PPCS