Mucho se habla estos días de la ruina de la hostelería. Un sector clave en la economía y también en la cultura española. Nos gusta estar y reunirnos en la calle, percibimos los bares casi como nuestro hogar y vivimos momentos inolvidables en ellos.

Hoy, mucho y poco ha cambiado. El coronavirus nos ha empujado a una nueva normalidad en el que mantener las distancias y los protocolos sanitarios son el mejor tratamiento para frenar esta enfermedad. El sector lo está dando todo y cumpliendo a rajatabla, pese a las trabas. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de las Administraciones. En el caso del Ayuntamiento, algunos de los negocios ubicados en la Plaza Santa Clara han recibido todo un ZASca por parte del Fadrell. Concretamente, aquellos que se encuentran en la Zona Acústicamente Saturada. A estos se les ha obligado a reducir su aforo de mesas y sillas en las terrazas en base a la ordenanza reguladora de ocupación de espacio de vía pública y con la justificación del decreto que estableció la ZAS en 2010 y que sigue vigente.

Con esta decisión, el equipo de Gobierno vuelve a caer en el mismo error de siempre. La ZAS desde su nacimiento en 2010 no se ha aplicado conforme a la normativa del Decreto Valenciano del 2007, un decreto que imponía la doble medición, autonómica y estatal, cosa que no se ha hecho en Castellón donde solo se llevó a cabo la autonómica.

Por tanto, el estudio acústico debería ser nulo, así como la propia aplicación del ZAS en Castellón y sus posteriores modificaciones del 2014 y 2018. Partiendo de esta base, no hay discusión alguna y si en algo podríamos incurrir es en prevaricación.

Desde Ciudadanos lo hemos advertido por activa y por pasiva. También en el último pleno a través de una moción que el tripartito no entendió o no quiso entender. Se dedicaron a mezclar churras con merinas con tal de no entrar al fondo de la cuestión y mojarse. Quizás cuando lo hagan, sea demasiado tarde. H

*Portavoz Cs Ayuntamiento de Castelló