Cuenta la tradición cristiana que los Reyes Magos vinieron de Oriente tras el nacimiento de Jesús de Nazaret para rendirle pleitesía y entregarle regalos con una simbología de riqueza mágica: oro, incienso y mirra.

Realmente los tres regalos simbolizaban las tres condiciones de Jesús de Nazaret; el oro era un regalo para Jesús como Rey, pues era un regalo destinado a reyes. El incienso era un presente para Jesús como Dios, pues esta resina se quemaba delante de los dioses. Y la mirra para Jesús como hombre, pues con ella se embalsamaba a los muertos.

Desde entonces, la noche del 5 de enero, todos los niños, reciben la visita de los Reyes Magos de Oriente, aunque este año su visita va a ser más discreta, y más necesaria que nunca.

Estamos sufriendo la peor pandemia de nuestra historia, más diría una plaga bíblica, si esto fuera de verdad un cuento, pero es la realidad.

Es cierto que nada nos hubiera librado de ella, pero hacer bien las cosas hubiera cambiado los acontecimientos, las consecuencias, el futuro. En estos momentos, las decisiones tomadas con responsabilidad marcan la diferencia, y para acertar hay que ser un político de altura, dejar al lado el sectarismo y gobernar para todos.

Desde el Partido Popular de Castellón pedimos en el minuto 0 que se hicieran TEST, que era necesario saber la realidad de los contagios para poder combatirlos, que los TEST ayudarían a paliar la crisis económica que se avecina, que el personal sanitario debía estar protegido, pedimos el servicio de enfermería escolar, que se ha prestado con normalidad en los centros educativos de Benicàssim o Segorbe.

Y en lugar de eso, Ximo Puig el PSOE han prohibido a otros alcaldes y alcaldesas que lo lleven a cabo. Hemos hecho un llamamiento al PSOE para destinar en 2021 la inversión que merecen nuestros profesionales, porque salvar vidas es la única prioridad para esta provincia. En lugar de haber tenido a gestores implicados en la búsqueda de recursos materiales y humanos para afrontar la crisis sanitaria, han visto cómo la izquierda se dedicaba a seguir alimentando a Ximo Puig y su familia a base de subvenciones. Y mientras, los hospitales de Castellón siguen siendo líderes en listas de espera en intervención quirúrgica.

Es urgente revertir esta situación con políticas que pongan en valor la excelencia de nuestros profesionales, reconocer el esfuerzo, la convicción y el corazón que ponen cada día para superar la adversidad de gestores que dan la espalda a su trabajo. Vamos a seguir al lado de los pacientes, denunciando el desamparo de muchos vecinos que han visto agravado su diagnóstico porque Ximo Puig no les considera una prioridad, el único objetivo a la vista para la izquierda es desmantelar la sanidad pública en nuestra provincia. Esto ya no parece un cuento de Reyes, pero tendrá un final feliz, no por la valentía de la izquierda que está gestionando la pandemia, por la valentía, el talento, el esfuerzo y el compromiso de cada uno de los y las castellonenses con esta tierra. H

*Diputada provincial del grupo popular en la Diputación de Castellón