Las pasadas semanas ha subido el precio de la luz en plena ola de frío, cuando más uso han necesitado hacer las familias y además en un contexto de grave crisis económica y social generada por la pandemia.

La subida de alrededor del 27% del recibo de la luz es causado por el aumento del precio del kilowatio/hora por la meteorología que dificulta producción de algunas energías renovables, el aumento del precio del gas y los altos costes asociados a su utilización como fuente de energía, y que la subida no es una decisión directa del Gobierno.

Pese a esto el Gobierno de España tiene competencias para que esta situación no se repita, y el coste de un suministro básico y esencial como es el eléctrico sea asequible para la ciudadanía. Medidas como reducir el tipo impositivo que es de un 21% cuando podría ser del 4% que tienen los productos básicos como debería ser la electricidad o mayor transparencia en los distintos costes reales de la generación energética a tiempo real.

Es lamentable que ninguno de los sucesivos gobiernos de España, ni de populares ni socialistas, haya apostado por solucionar este problema y reducir el coste del recibo de luz, existiendo posibilidades. Las puertas giratorias comunicantes de la alta política a los consejos de administración de las empresas energéticas han funcionado muy bien en estas décadas, desde que los sucesivos gobiernos de González y Aznar apostaron por la privatización de las diferentes empresas, agravándose con ello un problema inexistente antes de tomar estas decisiones. Y las empresas energéticas han sabido premiar de forma evidente a los responsables. H

*Alcalde de Nules