Cerrado, por decreto, y un préstamo por toda ayuda. Este es el compromiso político y el escudo social de un gobierno, el de la izquierda, desbordado por su incapacidad para gestionar la pandemia, y que con sus decisiones está empujando hacia el precipicio de la ruina a miles de familias de Castellón.

Miles de empresarios de la hostelería han salido a la calle para reclamar un apoyo que el Gobierno de España, la Generalitat y el Ayuntamiento de Castellón les niega. Desde este jueves han tenido que bajar por decreto la persiana. Una decisión muy grave que no ha venido acompañada de una línea de apoyo económico que compense tamaño sacrificio. De Ximo anuncios no viven las familias, que tienen un nudo en el estómago, pensando cómo pagarán el alquiler de su local, las nóminas de los empleados que mandan a casa, los proveedores, el género perecedero que se queda en las cámaras…

Lo mismo ocurre con los comercios. El centro de la ciudad ya es un solar. O a los empresarios del ocio nocturno, con 11 meses sin ingresos. O a los indumentaristas de las fiestas.

Ayudar no es dar créditos, la solución que ahora les ofrece la Generalitat valenciana. Difícilmente van a poder devolver un dinero que tiene que salir de unos ingresos que no entran. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. Ayudar debe ser, A cero ingresos, cero impuestos . A mi entender, no hay otra solución. El esfuerzo presupuestario debe ir ahora mismo íntegramente a poner medidas que resuelvan el colapso sanitario actual y a rescatar las personas que la pandemia está ahogando. Pero en Castellón, a día de hoy, no hay ni presupuesto aprobado para este año 2021. Mal estamos y peor acabaremos. H

*Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón