Si al recibir el año 2020 nos hubieran dicho que un virus llamado covid-19 iba a poner en jaque la sanidad y la economía mundial, hubiésemos pensado que era una película de ciencia ficción. Estábamos convencidos de que nuestra sanidad gozaba de buena salud para dar respuesta a cualquier patología y nada más lejos de la realidad. No obstante, este virus ha sido capaz de provocar una pandemia en pleno siglo XXI, demostrando que esto no es solo cosa de siglos pasados o de países subdesarrollados.

La falta de previsión y el exceso de confianza de los distintos Gobiernos supuso una caótica gestión inicial de la crisis sanitaria, en la que parecía primar la improvisación y la descoordinación.

Se pusieron de manifiesto las debilidades del Sistema Nacional de Salud desgastado tras años de recorte y contención del gasto, así como la dependencia que tiene nuestro país de los mercados internacionales para el abastecimiento de productos sanitarios, evidenciando la necesidad de incrementar la inversión, reforzar la Atención Primaria y la Salud Pública e invertir en investigación sanitaria.

La comisión creada en las Cortes Generales aprobó un plan de reconstrucción sanitaria que debe ser la hoja de ruta a seguir en los próximos ejercicios. En nuestro ámbito, y en el marco del dialogo social, se aprobó el Pacto por la reconstrucción de la Comunitat Valenciana, Alcem-nos , que recoge las medidas más importantes en materia sanitaria y sociosanitaria.

Desde CCOO venimos denunciando las deficiencias del sector sociosanitario (residencias de mayores) y el fuerte impacto que se ha producido desde el inicio de la crisis sanitaria con innumerables contagios en sus plantillas y en las personas residentes en los centros y los numerosos fallecimientos al ser un sector tan vulnerable.

Asimismo, reivindicamos la revisión integral del modelo residencial y el impulso de un plan de infraestructuras que dé respuesta al déficit estructural de plazas.

Deberemos analizar cómo está respondiendo el modelo de atención residencial en la actual crisis. El incremento de las ratios de plantilla y mejorar las condiciones laborales y salariales, son pasos necesarios para evitar la fuga de profesionales y dar una asistencia de calidad.

En las últimas semanas la pandemia ha sufrido un importante recrudecimiento al estar inmersos en la tercera ola sin haber sido capaces de contener la segunda; en parte por los incumplimientos de las recomendaciones sanitarias de una parte importante de la población, pero, fundamentalmente por la insuficiente gestión del gobierno valenciano en este último periodo y el incomprensible retraso en la adopción de medidas de contención necesarias para atajar la crisis. La Conselleria de Sanitat ha cometido errores en la gestión, como el refuerzo insuficiente de los servicios de primera línea de actuación frente al covid y en los equipos de atención primaria para abordar con garantía el control y seguimiento de los casos, así como la falta de previsión para la renovación del personal contratado por Salud Pública para las funciones de rastreo y vigilancia epidemiológica.

El empeño por intentar normalizar la actividad económica sobre todo en el periodo navideño, decantando el equilibrio de la balanza economía-salud en favor de la economía, ha tenido como resultado el descontrol de la pandemia, con un importante incremento de los contagios y una presión insostenible sobre el sistema sanitario.

Siendo consciente de la crisis económica como consecuencia de la crisis sanitaria, hemos de valorar la necesidad de apoyo a los sectores con mayor impacto. El acuerdo de los ERTE evitando el cierre de muchas empresas, así como las medidas de apoyo económico, aunque posiblemente insuficientes a autónomos y empresas, supone un balón de oxigeno.

Atención Primaria desbordada, saturación hospitalaria en camas y UCI, personal sanitario al borde de la extenuación, suspensión de intervenciones no urgentes, aplazamiento de consultas y de pruebas en patología no covid; rompiendo el equilibrio de patología covid y no covid cuando ambas deben de coexistir debido a la duración de la pandemia.

Aunque el presupuesto sanitario se ha visto incrementado sensiblemente, no parece que la apuesta para el 2021 se oriente al incremento de las plantillas estructurales, siendo este uno de los principales problemas. Para finalizar queda el binomio economía-salud, pero tengamos claro que sin salud no hay economía.

No olvidemos que nuestros hospitales en Castellón están próximos a duplicar los ingresos hospitalarios con respecto a la primera ola, estando ya desbordados. H

*Secretaria general Sanidad y Sectores Sociosanitarios CCOO Comarques del Nord