Lo que el viento se llevó el pasado domingo fue la calidad sanitaria que los valencianos no se merecen. Y es que los hospitales de campaña del president Ximo Puig no han tardado ni una semana en desmontarse. Son, por desgracia, la metáfora de una gestión, de un desastre socialista.

Se han tenido que reubicar los pacientes en el antiguo hospital de la Fe de Campanar, ya que la infraestructura no soportaba el viento y según los enfermos parecía «un congelador». Este es el último capítulo de un serial de clase B, de los malos, que además cuestan vidas, y que ha sido un auténtico despropósito desde que comenzó, hace casi un año.

La gestión de la tercera ola está siendo un auténtico desastre. Pese a la triste experiencia de la primera parte de la pandemia, el PSOE no ha aprendido nada y está cometiendo otra vez los mismos errores.

No es posible que, en lugar de combatir la pandemia con más inversión, la Generalitat valenciana la quiera combatir con más recortes. De hecho, el Consell ha decidido cerrar varios centros de salud, así como aplicar reducciones de horarios en muchos de ellos de forma inexplicable, ya que todos los profesionales sanitarios están advirtiendo de un colapso de los ambulatorios sin precedentes al tener que hacer frente a las patologías habituales más a la pandemia.

Además, es una vergüenza que desde la propia Generalitat se esté ocultando la situación a los alcaldes, ya que no les quieren ofrecer información detallada y real del número de contagios en sus municipios, con lo que los alcaldes no pueden actuar de forma eficaz, la opacidad es contagiosa y nos va a pasar factura.

Ni se está cuidando a los valencianos ni al personal sanitario. De qué sirven las camas, aunque salgan volando, si no hay personal para cuidarnos. Actualmente hay más de 3.500 sanitarios fuera de servicio, o de baja o confinados, y en los próximos días llegaremos al 10% de bajas de personal.

La situación es dramática, más de 380 ingresos hospitalarios, con 47 pacientes en la UCI, 782 nuevos contagios en Castellón y 4.037 fallecidos en la Comunitat Valenciana, es un balance poco esperanzador. Por eso, le pedimos a Ximo Puig que todos los recursos económicos de los valencianos se destinen a sanidad, ni a asesores, ni a teles públicas ni a su hermano, a salvar vidas, para que el viento se lleve de una vez esta pandemia, no los hospitales. H

*Diputada provincial del grupo popular en la Diputación de Castellón