Como en nuestra peor pesadilla la expansión del virus se acelera en la provincia de Castellón, consiguiendo en este mes el récord en contagios diarios. Los hospitales ya no dan abasto y lo peor es que parece que va para largo, aunque el señor Simón diga lo contrario.

Si el tsunami es alarmante, lo es también el proceso de vacunación. Un proceso lento, descoordinado, con más sombras que luces y en el que quien no corre, vuela. Porque hay algunos ¡que vaya si han corrido!. Más que Speedy González. Casualmente, leía el otro día en redes sociales a un usuario que decía que a cuánto se pagaba la apuesta de que los políticos iban a colarse.

Una pregunta irónica pero que refleja muy bien la desafección y la desconfianza en una clase política que no es capaz de estar a la altura en medio de una pandemia. Al menos, no todos. Porque yo me pregunto ¿dónde queda el espíritu de solidaridad? ¿Dónde queda la empatía, en el aplauso a las 20.00 horas?

El desfile de Vacunados VIP , muchos de ellos políticos, me da vergüenza ajena, rabia y pena a partes iguales. Pedir responsabilidad y calma a la población, mientras hacen lo contrario. En eso se han convertido algunos de nuestros gobernantes.

Por ello, desde Cs pedimos transparencia en la gestión y que se abra una comisión de investigación para esclarecer las posibles irregularidades en el proceso. Queremos conocer qué ha pasado y quiénes son esas 200 personas aproximadamente que, según el Consell, han trampeado el protocolo impidiendo que otros valencianos puedan beneficiarse de la vacuna. Dimisión o cese, no hay otra salida. Porque la salud no puede depender de privilegios ni de poder. H

*Diputada autonómica de Ciudadanos por Castellón