Soy de las que piensan que la autocomplacencia es una estrategia de las personas para ocultar sus verdaderas carencias. Tanto sacar pecho por parte del presidente Puig y la consellera Barceló sobre la gestión de la crisis sanitaria, no podía traer nada bueno. Y es que siempre habla quien más tiene que callar; menos mal que el tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio. Lo que no puedo evitar pensar es qué le estarían diciendo a Ayuso si tuviera los datos tan dramáticos como en la Comunitat Valenciana. La hubieran lapidado en plaza pública, pero como en este caso la comunidad que tiene los peores resultados de Europa, la valenciana, está gobernada por partidos de izquierda, ¡ancha es Castilla!

Es que tenemos el triste honor de poseer el récord de Europa en defunciones y contagios, pero de eso no escucharán hablar ni a Puig, ni a Barceló, porque siguen con la autocomplacencia.

La gestión del Botànic se ha caracterizado por el apagón informativo, los golpes de timón, la deslealtad hacia la oposición y la adopción de medidas que han llegado tarde y mal. Las actuaciones de Puig no han sido preventivas, han sido paliativas. Hemos llegado tarde a todo: uno de cada cuatro fallecidos y contagiados en España es valenciano, ¡y estos datos no se registran de la noche a la mañana! Nos han ocultado información. Desde el inicio, el PPCV ha solicitado los datos reales y medidas para frenar la ola como tests masivos que nos hubieran dado una radiografía real de la situación. Pero se negaron a hacerlo, porque de esa forma podían seguir vendiendo mentiras. Sin tests no había datos, y sin datos se ha visto cómo se les ha llevado por delante el virus.

La improvisación ha sido una constante a lo largo de todos estos meses. Y con improvisación no se vence al virus, se alimenta. Puig llegó a decir que había capacidad sanitaria y, dos semanas después, la Comunitat está casi al 60% de su ocupación en camas UCI, la mayor ocupación de España. ¡Si es que la Comunitat lideraba la tasa de positividad el día en el que Ximo Puig decía que la Comunitat no sufría estrés sanitario!

Si es que el Botànic ha fallado en todo: hospitales de campaña que no se pueden usar, han fallado en la prevención, en la estrategia de vacunación, no han cuidado a los sanitarios como se merecían, ¡si han llegado a amenazar a algunos médicos con querellas criminales si denunciaban cuál era la situación! De locos.

Pero, si todo esto no fuera suficiente, en el Consell ¡la división es tremenda! Ni entre ellos consiguen ponerse de acuerdo. Hay tres portavoces, con tres estrategias diferentes para luchar contra la pandemia. Piden a los valencianos una unidad que ellos no practican. Si el tema no fuera tan serio y dramático sería de película de Berlanga.

Y ahora les ha dado por las restricciones, pero las restricciones por sí solas no frenan la curva: es necesario acompañarlas de medidas preventivas como tests masivos, refuerzos de plantillas, refuerzos de la atención primaria, rastreadores y control de residencias, además de medidas económicas como la bajada de impuestos para los sectores más afectados, la bajada del IVA al 4% en el turismo o ayudas directas a los sectores.

Créditos no, liquidez para los sectores afectados. Si cierran la hostelería, pero luego autobuses, trenes de Cercanías o exámenes en aulas universitarias están hasta arriba de gente, poco se va a resolver. Lo malo es que las consecuencias de tanta incoherencia pone en peligro nuestra salud y está costando demasiadas vidas.

El escenario es dramático porque sin certezas, seguridad y confianza, sin un plan claro, definido y medidas planeadas, todos los sectores están abocados al caos. Que sigan con la autocomplacencia, pero a estas alturas a nadie se le escapa que Ximo Puig nos está abocando al desastre total. H

*Portavoz de Educación del Partido Popular en Les Corts