Vamos a comenzar con la descripción de los hechos: en medio de la peor crisis de la historia reciente de España, justo en el punto más álgido de la tormenta de la pandemia del coronavirus y con la vacuna como única esperanza para salvar vidas y también la economía.

En ese contexto, la provincia de Castellón se encuentra en el furgón de cola a la hora de recibir viales para vacunar a la población. Unas vacunas elaboradas por la iniciativa privada, adquiridas por la Unión Europea, y donde el único papel del gobierno nacional y autonómico era que hubiese una justa distribución territorial, y no lo han logrado.

Pero los datos son claros: a la provincia de Castellón le están llegando muchas menos vacunas de las que le tocan. Pese a que suponemos el 11% de la población nacional, la Comunitat Valenciana solo recibe el 8% de las vacunas. Y estas son la única vía de salida a la pandemia, pues ni test masivos ni rastreos eficaces se están llevando a cabo.

Los profesionales de la sanidad, diezmados por una consellería condenada por no protegerlos, están realizando, otra vez, un esfuerzo extraordinario con la vacunación.

Pedro Sánchez ha engañado al president Ximo Puig y le envía menos viales de los que nos corresponden. Pero la Generalitat valenciana decide guardar silencio, tanto el PSPV como Compromís. Ya no se ponen detrás de las pancartas.

Contra el sistema de financiación --aprobado paradójicamente por socialistas y nacionalistas-- Mónica Oltra y Puig se ponían detrás de la pancarta. Ahora ni por la financiación, ni por la ausencia de inversiones o los recortes en Cercanías y ni siquiera por las vacunas para salvar vidas.

Lo de reivindicar y reclamar con urgencia lo que nos corresponde es fruto de otro momento, de cuando había que salir a la calle en contra del Partido Popular.

Ahora, Sánchez les engaña, pero guardan silencio cómplice. Antes, como decía Oltra, «había que montar el pollo». Ahora hay que estar callados. ¿Qué habría pasado si hubiera sido un Ministerio del PP el que mintiera y enviara menos vacunas a la Comunitat Valenciana?, ¿Y por qué siempre se decide --como denuncian los sindicatos-- desviar dosis de Castellón a otras zonas de España?

Tampoco la financiación les ocupa ya. Pero a diferencia de otras reivindicaciones, la actual, la de las vacunas, supone que cada vez que se inmuniza a alguien, se salvan su vida. De la misma forma que cada vez que se realizan test, se evitan contagios y se pueden salvar vidas y este debería ser el objetivo principal. Que lo tengan claro.

Por eso desde el PPCS no dejamos de reivindicar la realización de test masivos y de ampliar el número de rastreadores. Nos enfrentamos a una nueva desescalada: los hosteleros volverán a cumplir, los autónomos, los empresarios, la inmensa mayoría de la gente… Pero la administración también debe cumplir con su parte para evitar una cuarta ola. H

*Presidente Provincial PP Castellón