El grupo llamado a protagonizar el primer y gran concierto masivo versiona la mítica canción Qualsevol nit pot sortir el Sol. Premonitorio. Alentador. Love of Lesbian actuó este sábado para 5.000 personas en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Riguroso test de antígenos unas horas antes del comienzo para todo el público asistente, equipo médico, mascarilla FFP2 obligada, segmentación por zonas, ventilación, trazabilidad del usuario mediante app y código QR.

Todo pareció indicar que este ensayo disfrutó de una organización profesional que, como mínimo, merece el reconocimiento y el respeto.

Turisme Comunitat Valenciana estuvimos acompañando a un nutrido grupo de promotores musicales de nuestra marca Mediteranew Musix y, a esta visita de inspección, se sumó una representante de la Conselleria de Sanitat. Recordemos que los festivales constituyen un producto turístico de primer orden desde la aprobación de la Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad.

En el mundo poscovid necesitaremos ensayar nuevas fórmulas que nos permitan poder subsistir

Es probable que la operativa y la logística sigan dificultando económicamente la rentabilidad de este tipo de convocatorias acompañadas de semejante nivel de exigencias. Pero si el tema ha salido bien, habrá que tomar en consideración la necesidad de levantar el veto, estigma o losa que ha caído sobre uno de los sectores más importantes y, por qué no decirlo, esenciales, que llevan un año en caída libre. La música y la cultura. En torno a la esencialidad como categoría para trabajar podríamos hablar largo y tendido.

Cada vez que un Boletín Oficial establece estas clasificaciones contemplando y descartando sectores, no faltan quienes señalan que una actividad esencial es todo aquello que para un individuo y su familia significa poder comer y resistir. ¿Habrá algo más esencial que poder trabajar de lo tuyo porque no tienes nada más? Ahí lo dejo.

La pandemia se ha llevado por delante innumerables cosas. Cada vez que tratamos de defender, no sin albergar dudas y aguantar toda suerte de improperios, la posición de que debemos explorar toda posibilidad cabal de conciliar salud con economía, nos cuesta horrores. Quizá sea lógico. El mundo se enfrenta a algo que todavía no controla. Al menos esa impresión trasmiten globalmente las principales autoridades. Pero, sea como sea, constituye un deber moral intentarlo. Ahora, la mejor política económica y turística --por supuesto sanitaria y humanitaria-- pasa por vacunar, vacunar y vacunar.

Europa combate una pandemia del siglo XXI con armas y tecnología del siglo XX

Vacunar superando esta ineficiencia frustrante de una Europa extraviada en un mundo que ha dejado de comprender. Europa combate una pandemia del siglo XXI con armas y tecnología del siglo XX. Pero mientras tanto, el sector de la música y la industria de la felicidad presentan el coraje de intentar convivir con la tragedia sin perderle la cara a la seguridad.

Solo ha sido un piloto pero, el mundo poscovid, vayamos pensando que no será un mundo libre de nuevos sustos y contratiempos. Necesitaremos ensayar fórmulas que nos permitan subsistir. No todo el mundo registra invariablemente su sueldo haga frío, calor, campe un virus a sus anchas o pase el ángel exterminador. La vida, sí, la vida, preservada, custodiada y valorada, debe seguir. Se puede morir de covid y de muchas cosas, también de miseria y de oscuridad. Gracias por intentar que salga el sol en esta larga noche.

Secretario autonómico de Turismo