Cuando pase toda la situación actual, que esperemos que sea pronto, habrá que reflexionar sobre la gestión de Puig al frente de la Generalitat valenciana.

Bajo el aparente buenísimo, con el que Puig mantiene anestesiada a la sociedad valenciana, encontramos un hecho incontestable. Desde que Puig gobierna la deuda de la Generalitat ha aumentado más de 10.000 millones de euros, y los valencianos han pagado por impuestos más de 3.300 millones que en el último gobierno en el que estuvo el partido popular en la Generalitat.

De la lectura rápida de los datos, que no opinión, que acabo de verter, solo se puede concluir que Puig para gobernar la Comunitat Valenciana necesita más deuda y más impuestos. Así de fácil, así de sencillo.

Sin embargo, estos datos incontestables, recogidos por el Banco de España, y por la intervención General de la Generalitat, de modo alguno han supuesto una mejora en la vida de todos los valencianos. Más impuestos y más deuda, con un gobierno socialista, junto con Compromís y Podemos, no significa mejor calidad de vida, significa sencillamente más impuestos y más deuda, es decir, mayor empobrecimiento patrimonial de cada uno de los valencianos.

Las inversiones hoy en día brillan por su ausencia, las largas listas de dependientes esperando cobrar o los que han fallecido sin cobrar, la ineficacia del ingreso mínimo vital que no llega a quienes lo necesitan, los más de 70.000 valencianos que esperan más de 150 días para ser intervenidos, la cascada de desahucios, las lista de parados que aumentan, la falta continuada de ayudas a los autónomos y pymes, son ejemplos concretos de lo que se esconde detrás del buenísimo de Puig y su nefasta gestión.

El lema de siempre

El lema que siempre repite el president Puig, de que nadie se quede atrás, lo cumple al pie de la letra con los suyos. Hoy tiene más asesores que nunca, de hecho en plena pandemia los sigue aumentando, cumple con más consellers y altos cargos que nunca, y por si fuera poco, el sector público valenciano lo ha engordado con más de 1.000 millones respecto a lo que heredó del gobierno del PP. Con Puig todo ha ido a más, asesores, altos cargos, sector público, ayudas a afines, deuda e impuestos… todo ha aumentado, la parte negativa es que mientras los asesores, altos cargos, ayudas a afines, las disfruta él y sus allegados, la deuda y los impuestos los pagamos todos para que él pueda seguir disfrutando y gastando, como si la fiesta no mereciera tener fin.

Atrás han quedado los lamentos por la deuda de la Comunitat, atrás ha quedado en necesario cambio del modelo de financiación, atrás han quedado sus promesas de tener una administración con menos cargos, seis consellers y 12 secretarios autonómicos, prometió, cuando los ha multiplicado con creces. Y es que, pongan un socialista a gobernar y primero le dirá que le importa los ciudadanos, pero al final advertirá que le importan las personas para endeudarlas más y para cobrarles más impuestos.

Gobernar con más deuda y más impuestos, no comporta ningún secreto, ellos gastan y los demás pagamos, por eso, nunca un gobierno socialista sabe gobernar una crisis, dado que sus recetas económicas residen en gastar más, recaudar más, endeudar más, total para que lo paguen los que vienen detrás, que nunca serán ellos.

Diputado del PP en Les Corts