Queridos alcaldes y alcaldesas: es posible que ahora sientas una especial presión por parte de aquellos que quieren construir un parque fotovoltaico en tu término municipal. Los propietarios de los terrenos ven una oportunidad que desde hace muchos años no habían tenido: sacar rentas por sus terrenos agrícolas en decadencia.

Por supuesto que todo eso tiene sus pros y sus contras. Aquello que trae un beneficio medioambiental por generar energía limpia y no contaminante, por otro lado, nos afecta al paisaje cuando se pretende construir grandes extensiones de millones de metros cuadrados.

Desde la Generalitat aprobamos un Decreto que agilizaba los procedimientos administrativos. Algo que el sector de las energías fotovoltaicas y eólicas demandaba. Ahora, una vez aprobado el citado Decreto de Renovables, hay ayuntamientos que están agobiados por la presión que ejercen los promotores de los parques de energías renovables y los propietarios del suelo. Y el agobio viene dado por el peligro de pérdida de calidad paisajística. Pongo por ejemplo los municipios de lo que se ha llamado la Toscana Valenciana (Fontanar del Alforins, Moixent i La Font de la Figuera).

Son lugares donde el paisaje se convierte en un bien preciado superior al de la rentabilidad ambiental y económica. La administración debe tomar medidas para preservarlo. Es fácil, el Ayuntamiento puede suspender licencias para plantas de energías renovables en aquellos ámbitos que quiera preservar y acometer la protección paisajística de los espacios que no la tienen a través de la modificación de su PGOU. Fácil y ágil. Y cada ayuntamiento podrá valorar qué es lo que prefiere sin que nadie se lo imponga.

Urbanista