Apagón a las videocámaras de tráfico del centro de Castellón. Apenas dos meses han bastado para que la alcaldesa Amparo Marco haya pasado de negar la mayor a dar la razón al Partido Popular. Desde el primer día dijimos que no era el momento, en plena pandemia del coronavirus, de un sistema con fines exclusivamente recaudatorios. También nos quejamos de la falta de información a vecinos, comerciantes, hosteleros, pymes y autónomos en general. Y con razón. Más de 7.000 sanciones se han impuesto, a razón de 200 euros cada una. Y más de 400 vehículos han dejado de visitar el centro en mes y medio, con la pérdida de oportunidades que representa.

Los castellonenses se han alzado en pie de guerra. Vecinos que acumulan hasta 4.000 euros en sanciones por la simple acción de acceder a un estacionamiento de su propiedad. Comercios y locales de restauración que han visto cómo sus proveedores no pueden acceder a los establecimientos para abastecerlos por este motivo. Profesionales de la fontanería o la electricidad que no han podido atender servicios por no poder llegar al punto de destino al no tener permiso de entrada…

Todo esto se podría haber evitado. La falta de diálogo y de escucha del tripartito de izquierdas en el Ayuntamiento de Castellón han marcado estos dos meses. También en un tema tan sensible como este, que afecta a mucha gente. Unas pérdidas, y mucho sufrimiento innecesario, que se podía haber evitado. Bastaba un poco de sensibilidad y previsión.

La izquierda ha perdido el contacto con la realidad. PSOE, Compromís y Podemos están encerrados en sus cuitas y no solo no escuchan a los vecinos, sino que gobiernan en contra de ellos. Solo quiero recordarles que la soberbia, pecado capital.

Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón