Almassora ha conseguido su primera bandera azul. Enhorabuena a quienes lo han hecho posible. Trabajar es más duro que criticar. Afortunadamente, el comité internacional no tiene en cuenta recelos y se basa en criterios fijos. Si tan fácil fuera lo hubiéramos conseguido hace 10 años o el pasado y no ha sido hasta ahora, después cumplir los requisitos exigidos. Las banderas azules no se inspiran en los escaparates de agencias de viaje, en el grosor de la arena ni en portadas de revista. Nuestra playa familiar no está contaminada por aguas residuales, tiene acceso a discapacitados, estándares para el baño, paneles informativos y, como no, servicio de limpieza continuado.

Benafelí sufre los efectos del puerto y los del cambio climático, estos últimos como el resto. Trabajamos para paliarlos pese a que, como Ayuntamiento, no podemos invertir mar adentro. Sí podemos trabajar para lograr esta distinción que valora nuestros méritos. Los de quienes pasamos nuestra infancia en bicicleta de alquería en alquería, los que llevamos a nuestros hijos a conocer el mar aquí, los de los adolescentes que comíamos la mona en Pascua entre Vora Riu y la Mitgera y los que ahora hacemos deporte o desconectamos con el sol y el mar al lado de nuestra casa.

Somos los mismos que hemos achicado agua en las peores inundaciones, que peleamos con los seguros cuando perdemos muebles y electrodomésticos. Los que nos rehacemos y creemos que una bandera azul es un motivo más para disfrutar de su chiringuito, de los negocios que con su empeño emprenden en Almassora. Hacer lo contrario, desprestigiar la playa de Benafelí, la de Pla de la Torre o cualquier barrio, es perjudicial para todos. Devalúa el precio de las viviendas que hay en la zona, reduce el interés por vivir aquí y visitarnos, espanta a inversores y aviva la desidia.

Mi orgullo es inmenso por lograr esta distinción para toda Almassora, viva o no en la playa. Seamos los mejores embajadores de nuestra tierra. Defendamos lo nuestro sin complejos, como cuando logramos la Semana Santa de Interés Turístico Provincial, nuestro yacimiento arqueológico, único entre cientos; el Museu del Joguet más grande de la Comunitat Valenciana; y nosotros, afortunados por ser unos privilegiados por tener la desembocadura de un río, ermitas, playas y una Vila BIC. Un lujo al alcance de muy pocos.

Alcaldesa de Almassora